Por MARCIA DUNN
CABO CAÑAVERAL, Florida, EE.UU.
Agencia (AP)
La resplandeciente nave con forma de bala de SpaceX, Starship, se elevó ayer miles de metros desde una zona remota de Texas. Pero el vuelo de seis minutos y medio concluye con una enorme explosión durante el aterrizaje.
Fue el vuelo de mayor altura y el más complejo a la fecha de la nave que, según Elon Musk, podría transportar personas a Marte en unos seis años. A pesar del catastrófico final, Musk estaba emocionado.
«¡¡Marte, aquí vamos!!», tuiteó el empresario aeroespacial.
Este prototipo más reciente, el primero equipado con una punta cónica, alerones y tres propulsores, debía alcanzar una altitud de 12,5 kilómetros (ocho millas). Eso es casi 100 veces más que la de lanzamientos previos y casi arañando la estratósfera.
Starship al parecer alcanzó la altitud prevista o al menos estuvo cerca. SpaceX no precisó de inmediato la altitud a la que llegó la nave.
El modelo de acero inoxidable y escala real, de 50 metros (160 pies) de alto y 9 metros (30 pies) de diámetro, voló sobre el Golfo de México. Después de unos cinco minutos, la nave se volteó sobre un costado como estaba previsto y descendió en caída libre hasta el extremo sur de Texas cerca de la frontera con México.
Los propulsores Raptor se encendieron nuevamente para frenar y el cohete volvió a colocarse en forma vertical. Sin embargo, cuando tocó tierra, la nave cohete quedó envuelta en llamas, se fracturó y sus partes quedaron diseminadas.
Todo el vuelo, dramático y llamativo incluso para los estándares de SpaceX, duró seis minutos y 42 segundos. SpaceX transmitió en directo el vuelo en su página web; las repetidas demoras en la última semana y la interrupción de los propulsores de último segundo el martes incrementaron el entusiasmo entre los aficionados al espacio.
Musk describió el vuelo como un «ascenso exitoso» y señaló que los alerones guiaron al cohete al lugar del aterrizaje. Sin embargo, el tanque tenía poca presión al momento en que se reencendieron los propulsores para el aterrizaje, lo que causó que Starship descendiera demasiado rápido.
«¡¡Pero obtuvimos toda la información que necesitábamos!!», tuiteó Musk.
Musk había mantenido bajas expectativas al advertir esta semana que las probabilidades de éxito total eran de tres a uno.