Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82
Ayer en La Hora trabajamos una pieza informativa relacionada al silencio del presidente Alejandro Giammattei. Discursos pre grabados, comunicados de prensa, videos y reuniones privadas han marcado los días más grises de la Presidencia de un mandatario que no ha cumplido el año pero que ya enfrenta los efectos de una población cansada, harta y que demanda respuestas y clama por soluciones.
El viernes de la semana pasada se liberó un vídeo de 7 minutos con el que pretendían decirle a la Organización de Estados Americanos (OEA) que el incendio en el Congreso fue porque desean darle Golpe de Estado, cuando la realidad ese fuego sigue dejando enormes cenizas de una asquerosa componenda en la que muchos sospechan que se contó con manos gubernamentales.
El video no se hizo desde la Secretaria de Comunicación Social de la Presidencia, lo que quiere decir que alguien más le está manejando su “comunicación” al Presidente y sin duda ese alguien, es el que le sugirió refundirse y operar desde los salones de Casa Presidencial sin ver a la calle, a la gente y sin escuchar los clamores.
Dejaron pasar los días de la brutalidad policial que según policías molestos, se ordenó desde lo más alto del Ministerio de Gobernación y por eso señalaban al ministro Gendri Reyes, al Director y Director Adjunto de la Policía Nacional Civil.
Ahora dicen los agentes que denunciaron que EL PARTE es sin novedad en la policía porque pasados los días, Reyes logró que el mandatario se aferrara a él y hasta lo quisiera hacer ver como una víctima de los manifestantes. Nunca se sabrá la verdad porque Consuelo Porras hará lo que le digan..
El Gobierno cifra sus esperanzas en el informe de la OEA y más allá de lo que diga el informe, Giammattei enfrenta una complicada situación. Desde la campaña decidió darle la espalda a todo lo que dijo en sus previas campañas, estuvo a punto de confirmar a José Luis Benito como Ministro de Comunicaciones, hasta que parte de los acuerdos para hacerse con la Junta Directiva del Congreso lo hizo ver en otra dirección.
Ahora ya no cuenta con las mismas alianzas y si no me cree, vea que el Estado de Calamidad por Eta tendrá que ir a tres lecturas y ni porque esos estados de emergencia sirven para robar más que para ayudar a la gente, consiguieron los votos.
El Gobierno, el Congreso, la Corte Suprema, doña Consuelo y todos los miembros del pacto por dejar todo igual o, peor aún, regresar al pasado, maniobran y ya sabemos la ruta. Lo que necesitamos nosotros es definir nuestra ruta, nuestros mínimos para aspirar a un futuro mejor.
La razón por la que les es fácil dejar pasar el tiempo sin que existan mayores consecuencias es porque se han dado cuenta que aún no atinamos a ponernos de acuerdo, a juntarnos alrededor de los mínimos y mientras siga existiendo ese “fraccionamiento social”, se les hace más fácil pasar el chaparrón.
Guatemala necesita muchas acciones en demasiados frentes, pero al menos debemos empezar con acuerdos que nos permitan medidas concretas en los que la mayoría de sectores estén de acuerdo si su deseo de tener un país mejor, más justo, incluyente, con menos corrupción e impunidad es real.
En los sistemas de compras, electoral, justicia y servicio civil tenemos concentrados buenas parte de los vicios, que gracias a la complicidad de la Contraloría General de Cuentas (CGC) y del Ministerio Público, logran seguir tan campantes.
¿Vamos a hacer nosotros las mismas del Gobierno, de desaparecernos cuando más se necesita que estemos y que nos pongamos de acuerdo?