POR REDACCIÓN LA HORA
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Stephen McFarland, quien fue embajador de Estados Unidos en Guatemala del 2008 al 2011, planteó en un artículo de opinión los aspectos que se deben tomar en cuenta para entender la visión del presidente electo de EE. UU. Joe Biden, así como el posible cambio de relación y también la oportunidad que representa esto.
El ahora embajador retirado, cataloga como un “hito” la elección de Biden y Kamala Harris para las relaciones de Estados Unidos con el resto del hemisferio, resaltando por ejemplo el perfil de la vicepresidenta electa y cómo triunfó una propuesta entre moderada y progresista en medio de un populismo conservador personalistas.
“Habrá cambios en la política norteamericana hacia Guatemala y la región centroamericana, y éstos presentarán oportunidades y retos para los gobiernos, sociedad civil, empresarios, y ciudadanos de los dos países”, remarcó en su introducción McFarland.
LAS CINCO CLAVES
Además, en su artículo, explica que existen cinco claves que se deben tomar en cuenta para entender la visión de Biden sobre Guatemala, primero la experiencia de seguridad nacional y política exterior, sus viajes a Centroamérica cuando tuvo a su cargo iniciativas de la administración del presidente Barack Obama para afrontar la migración y el respaldo que le dio a la extensión en 2015 del mandato de la CICIG.
“Sabe escuchar y dialogar; por supuesto sabe presionar cuando es necesario”, añadió.
Como segundo punto menciona que su equipo tendrá más acercamientos a los países de la región para abordar temas como la migración, respuesta a la pandemia, el calentamiento global, la crisis en Venezuela y el intercambio comercial.
“Estos temas incluyen a la respuesta a la pandemia, el calentamiento global, la crisis en Venezuela, y el intercambio comercial. También incluyen el fortalecimiento de la democracia, el estado de derecho, y la libre empresa, en los cuales debilidades actuales fomentan la migración, la corrupción y el crimen organizado, y la inestabilidad. Cuando el equipo de Biden presente una política para reducir la migración, estén seguros de que tendrán componentes de anti-corrupción y de crecimiento económico”, puntualizó en el segundo punto.
Sobre la política exterior, McFarland añadió que seguramente será bipartidista, enfocada en la democracia, estado de derecho, libre empresa y seguridad, destacando el panorama que tendrá con un Senado con mayoría republicana y la presencia en la Cámara de Representante de diputados interesados en Guatemala como Norma Torres.
“A esto se agregará una mejor relación y mayor comprensión entre los oficiales políticos del nuevo gobierno y los oficiales de carrera de los departamentos (Estado, Defensa, Tesoro, Comercio), los militares, las agencias de inteligencia, y la agencia de desarrollo (USAID). Los líderes políticos se guiarán más por los informes de la inteligencia y los reportes de las embajadas que los tweets y los rumores Sería más difícil hacer un lobbying como hicieron algunos con el gobierno de Trump”, recordó.
En el cuarto punto resalta las protestas y el clamor por enfrentar el racismo y a los supremacistas blancos y como el gobierno de Biden tendrá más diversidad en las agencias que conducen su políticas, estando más al tanto de situación simulares en el exterior.
“Cinco, que el instinto de Biden será buscar la cooperación y de invertir tiempo en dialogar y escuchar. Es seguro que su gobierno se acercará al gobierno del presidente Giammattei, y a diversos otros sectores”, puntualizó en el quinto punto.
“La llegada de Biden a la presidencia ocurre en un momento decisivo. Guatemala enfrenta un crecimiento de la influencia política y económica del crimen organizado y del narcotráfico. El modelo económico depende de una creciente migración y envío de remesas, y está golpeado por la pandemia y limitado por la corrupción. Algunos que no están en el gobierno de Guatemala responderán con declaraciones sobre la ´´soberanía´´, pero en realidad aducen una soberanía selectiva en la cual la cooperación internacional en el comercio exterior y la ayuda a áreas rurales es bienvenida, pero la cooperación contra la corrupción – que es un eslabón fundamental para la política de los Estados Unidos — no lo es”, remarca McFarland en su artículo de opinión.
Por último, resaltó la visión de Biden hacia el resto de las naciones, en específico por los principios que tienen, además de los intereses y amigos. “Los gobiernos se entienden en parte por sus intereses y sus principios, pero también se entienden por las narrativas de sus líderes. Ojalá que en los Estados Unidos y en Guatemala aprovechemos esta oportunidad”.
El sábado, las proyecciones de Pensilvania les dieron a los candidatos demócratas, Joe Biden y Kamala Harris, los colegios electorales necesarios para ser quienes dirijan a una de las naciones más poderosas del mundo y a la cual Guatemala es muy cercana.
¿QUIÉN ES MCFARLAND?
Stephen McFarland fue embajador de los EE. UU. en Guatemala 2008-2011, y ministro consejero 2000-2003. Trabajó en países en conflicto y en transiciones democráticas, incluyendo El Salvador, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, Iraq, Afganistán, Colombia y desde Washington sobre Nicaragua y Cuba.