Por Agencia AP

Desde hace cuatro años, los países del mundo observan cómo un presidente estadounidense muy peculiar se relaciona con la comunidad internacional… o la desdeña.

Antiguas alianzas se volvieron tensas, se borraron acuerdos, se erigieron barreras arancelarias, se retiraron fondos. Algunos países fueron blanco del escarnio presidencial. Otros, como Corea del Norte, recibieron propuestas diplomáticas otrora inconcebibles.

Se puede decir sin temor a equivocarse que para los países del mundo el primer cuatrienio de Donald Trump ha presentado un espectáculo singular. Ahora que ha llegado el punto de inflexión, ¿qué cabe esperar si su presidencia finaliza… o continúa?
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PENÍNSULA COREANA
Lo principal para las dos Coreas es la suerte de las negociaciones nucleares.

Reina la confusión en las negociaciones, y la elección tendría consecuencias graves para Corea del Norte en su brega incesante por crear un arsenal nuclear capaz de llegar a los aliados de Estados Unidos y el propio territorio nacional.

Las tres cumbres de Trump con el líder norcoreano Kim Jong Un a partir del 2018 —organizadas con ayuda del Sur— trajeron una distensión temporaria.

Pero las negociaciones para aliviar las sanciones estadounidenses a cambio de pasos hacia el desarme del norte están estancadas.

Según expertos, la reelección de Trump significaría que el Norte intentaría reanudar las cimbres. Pyongyang prefiere un proceso impulsado por las cumbres, que le da la oportunidad de obtener concesiones tales como el inesperado acuerdo de Trump de desistir de las grandes operaciones militares conjuntas con Corea del Sur tras su primer encuentro con Kim.

El oponente demócrata Joe Biden, a quien la prensa estatal norcoreana calificó de «perro rabioso» cuando acusó a Trump de buscar la amistad de dictadores, propone iniciar reuniones con funcionarios de menor nivel y exige que el Norte demuestre una auténtica voluntad de abandonar sus armas nucleares y sus misiles.

En tanto, Corea del Sur ha tenido problemas con Trump, menos fiel a las alianzas históricas que sus predecesores. Trump se ha quejado del costo de mantener 28.500 efectivos estadounidenses en Corea del Sur. Un acuerdo de reparto de costos caducó en 2019 y las partes no han podido acordar un reemplazo.

En una columna en el Yonhap News surcoreano la semana pasada, Biden prometió fortalecer la alianza.
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CHINA
Para China, la clave está en el comercio exterior, lo que le permitiría alcanzar las metas de crecimiento internas y convertirse en un líder tecnológico en el exterior.

La borrascosa relación comercial entre las dos primeras economías mundiales desde que asumió Trump, es la clave de la visión china de la elección. Si bien un triunfo de Biden no le ofrece una garantía de alivio, Beijing espera evitar un mayor deterioro y estabilizar las negociaciones.

Trump aprovechó los temores sobre el espionaje comercial chino, la entrega forzada de tecnología y los subsidios estatales a las empresas chinas. Sobre esa base inició una guerra de aranceles en 2018 y el año pasado ajustó los controles sobre las compras chinas de chips y otros componentes informáticos de alta tecnología.

Esto podría ser un lastre para las ambiciones chinas de ser un líder global en tecnologías de puntas y construir, en sus palabras, una «sociedad moderadamente próspera» en el país. Sin embargo, la falta de acceso a la tecnología estadounidense también impulsa una ofensiva hacia la autosuficiencia.

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