Marco Trejo
La complacencia mostrada por el diputado del “Movimiento Político WINAQ”, Aldo Dávila en la citación del director del Centro de Gobierno, Miguel Martínez al hemiciclo gubernamental para que aclarara temas sobre sus funciones y el presupuesto asignado a la entidad, le ha causado una serie de críticas, por haber usado el tiempo, para hablar de trivialidades en vez de cumplir con el papel de fiscalizador.
El parlamentario ha protagonizado una serie de espectáculos de muy poca altura, con otros funcionarios, donde los ha abordado de una manera prepotente y abusiva, en cambio en la citación del ingeniero Martínez, se comportó de una manera dócil, lo cual le ha generado comentarios poco positivos de su persona.
El 5 de marzo de este año, de una manera abusiva, atropello verbalmente al ex viceministro de Salud Pública, Rodolfo Galdámez, durante una citación para aclarar dudas sobre la pandemia del Covid-19, la cual fue muy distinta, porque se mostró totalmente irrespetuoso, al realizar un show mediático para socavar la dignidad del otro funcionario y demostrar la calidad de parlamentarios que tenemos en el Congreso de la República.
Posteriormente, hace un par de semanas humilló, en la vía pública, a un elemento de la Policía Nacional Civil (PNC), en una actividad donde integrantes de la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU), manifestaban en las afueras del recinto de la novena avenida.
En esa oportunidad Dávila le dio un empujón y le grito que era un “Gato” al elemento policial, con lo cual demostró la prepotencia y abuso del cargo que ostenta, contra un elemento de la fuerza pública que cumplía con su trabajo, mientras que ahora, el gatito fue él, porque no bajó el canasto como lo ha hecho en otras oportunidades.
En la Constitución Política de la República se estipula en el artículo 161 que los diputados son representantes del pueblo y dignatarios de la nación, por lo tanto son las personas que están investidas de una dignidad y por eso es que ostentan un cargo o empleo honorífico y de autoridad, situación que los pone en una condición privilegiada para comportarse con decoro y honorabilidad.
En las críticas y comentarios en las redes sociales muchos internautas han dejado plasmado su malestar por la forma como fue abordado el tema del Centro de Gobierno y han señalado que con esa actitud Dávila demuestra que no es imparcial en su trabajo parlamentario y que trata de diferente manera a las personas o bien bajo intereses politiqueros y partidistas.
Lo que sí es bien importante mencionar es que los denominados “Padres de la Patria”, siguen demostrando que son funcionarios públicos que van como las veletas, para donde los lleva el viento. En otros países nos ven como una sociedad subdesarrollada, porque bien se dice que el hemiciclo parlamentario es el espejo de la sociedad, una sociedad del tercer mundo que tiene politiqueros y no políticos de altura.
Lo importante es que todos son malos diputados, pero si una gran mayoría, que no cumplen con su función dentro del orden Republicano, porque en vez de estar dando estos pobres espectáculos mediáticos deberían de dedicarse a promulgar leyes que sean de beneficio social y dejar de dar patadas de ahogado que los deja muy mal parados ante la sociedad.
En conclusión de nada sirvió esa pérdida de tiempo, todo sigue igual no tuvimos la oportunidad de que nos aclararan la función del Centro de Gobierno y el show montado por Aldo Dávila únicamente nos dejó un grupo de personas que llegaron a pasear pagados con impuestos del pueblo de Guatemala, en vez de haber mostrado la razón de la citación del funcionario llamado más influyente de este gobierno.