Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

El día jueves, el Cardenal Álvaro Ramazzini dijo:

“A dónde vamos a ir a parar si los que se dicen defensores de la ley están haciendo fraudes de ley, es una contradicción… que tiene que ver con decisiones razonadas, pensadas porque cómo es posible que hasta la semana pasada… la Fiscal General haya hecho lo que hizo y que está siendo fuertemente criticada, lo lamento mucho porque la conozco, me he encontrado con ella algunas ocasiones, siempre se ha profesado ella muy católica, muy religiosa y si de algo valiera que yo a través de este programa la invitará a ella para que recapacitará su decisión y que pudiera realmente reconocer las motivaciones verdaderas de este esta decisión que tomó y que se convirtiera ella en una propulsora decidida para hacer las elecciones de Corte Suprema de Justicia y Apelaciones, yo le diría se está ganando el cielo y realmente va en un camino de fidelidad al señor”, destacó.

Este respetuoso pero claro mensaje me trajo a la mente la frase del papa Juan Pablo II: “no más divorcio entre y fe y vida” y la verdad es que Consuelo Porras se debe recordar que uno puede disfrazar las cosas con palabras buscadas, de comunicados con lenguaje legal que “suena bien”, pero los que somos católicos sabemos que hay alguien que todo lo mira y al que no lo engañamos.

Mafias, ex sindicalistas mañosos y aquellos que añoraban las cortes de Gustavo Alejos (sin importar que en el 2009 lo acusaban) se han lanzado a la defensa de Consuelo Porras y debe ser duro para alguien que dice ser una mujer de derecho y de fe, que le recuerden cuál es el camino al cielo.

Hoy por hoy, la Fiscal General que genera tanto Desconsuelo para el Estado de Derecho, pasa momentos difíciles porque ella sabe que se traicionó a ella misma por dos razones: Primero, en el 2017 dijo que Alejandro Maldonado Aguirre no podía ser perseguido por sus resolución cuando favoreció a Efraín Ríos Montt y, segundo, porque fue un amparo que le declararon con lugar a ella en la Corte de Constitucionalidad (CC) lo que hizo que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) se integrara de forma ilegal y le dieran trámite a un antejuicio cuando ya se sabe que, nos guste o no, los magistrados no pueden ser perseguidos por sus opiniones vertidos en fallos.

Señora Fiscal, usted ahora tiene las porras de mafias peligrosas y para una mujer de fe, eso debería ser motivo suficiente para preguntarse por qué. Siempre he dicho que este proceso no debe ser las cortes de Gustavo o de Helen como algunos lo han querido vender, los guatemaltecos debemos luchar porque se nombren magistrados que cumplan con el artículo 113 de la Constitución.

Que Desconsuelo sea la aliada de los diputados que hacen hasta lo imposible por no elegir cortes, es un acto por el que, como nos toca a todos, tarde o temprano habrá de rendir cuentas e, insisto, aquí puede dar paja y beneficiarse de la cooptación de la justicia, pero de la divina ninguno escapamos.

La mesura y seriedad del llamado del Cardenal debe servirle a la Fiscal General para poner las barbas en remojo porque no basta con tapizar la oficina si no hay una vivencia de la fe que se practica: vivir esa fe mucha veces implica el tener que tomar duras decisiones por lo que es correcto y legal, cueste lo que cueste y se enoje quien se enoje.

Hubo algunas personas que siempre habían intentado ver lo mejor de Consuelo Porras y quienes, con su acción en contra de la CC, no solo le perdieron toda fe y sino la terminaron de conocer. El mensaje que ayer llegó desde el Senado de Estados Unidos es claro en el sentido que ya se dieron cuenta del nivel de Desconsuelo que genera la señora.

Abdón Rodríguez decía: “el que peca y reza empata”, pero sin duda doña Consuelo tiene mucho que rezar porque con la ilegalidad que hizo sirviendo a algunas mafias, sí la sacó del parque y ese juego no se empata fácil.

Ojalá doña Consuelo decida vivir su fe de forma plena y enderece el rumbo.

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