LAURAN NEERGAARD y MICHAEL HILL
Agencia AP
El más ambicioso proyecto para hallar una vacuna contra el coronavirus comenzó ayer con la presencia de 30,000 voluntarios dispuestos a recibir la dosis elaborada por laboratorios del gobierno estadounidense.
No hay garantía alguna de que la vacuna experimental, desarrollada por los Institutos Nacionales de Salud y Moderna Inc. funcionará adecuadamente.
Para determinar la eficacia de la dosis, los voluntarios no sabrán si están recibiendo la vacuna o un placebo. Luego de dos inyecciones, serán monitoreados de cerca para ver cuál de los dos grupos desarrolla más infecciones al tiempo que prosigue con su rutina diaria, especialmente en regiones donde el virus ha resurgido.
«Desafortunadamente para Estados Unidos, tenemos abundantes infecciones ahora» para poder dar con la respuesta, declaró el director de los Institutos, el doctor Anthony Fauci, en una revista reciente con The Associated Press.
Moderna informó que las vacunaciones fueron realizadas en Savannah, Georgia, el primero de más de 90 sitios en que se realizará el experimento.
En Binghamton, Nueva York, la enfermera Melissa Harting afirmó que se postuló como voluntaria «para hacer mi parte, para ayudar».
«Estoy emocionada de hacerlo», declaró Harting antes de recibir la inyección el lunes por la mañana. Debido a que tiene familiares médicos que podrían ser susceptibles a la enfermedad, «hacer mi parte para erradicarla es muy importante para mí».
Otras vacunas, realizadas en China y en la Universidad de Oxford en Inglaterra, están realizando ensayos más pequeños en Brasil y otros países gravemente afectados.
Pero en Estados Unidos toda vacuna potencial tiene que superar estrictas pruebas: todos los meses, la Red de Prevención de COVID-19, una iniciativa financiada por el gobierno, difundirá un estudio sobre una posible vacuna, y cada una tendrá que contar con 30.000 voluntarios.
Los estudios sirven no sólo para ver si la vacuna funciona, sino también para garantizar que no tengan efectos secundarios perniciosos. Y la obligación de someter todas las dosis a los mismos estándares facilitará a los científicos la comparación entre todas.
En agosto comenzará la etapa final del ensayo de la Universidad de Oxford, tras lo cual se realizará uno por parte de la compañía Johnson & Johnson en septiembre y uno de Novavax en octubre. Pfizer también ha anunciado planes de realizar un ensayo en las semanas venideras.
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El fotógrafo de The Associated Press Ted Warren en Seattle contribuyó con este reportaje.
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