Por Grecia Ortíz
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A la fecha son numerosas las familias que han perdido a sus seres queridos en Guatemala, algunos de ellos trabajadores de la salud, como el caso de Alejandra Rojas quien relata el caso de su papá el médico Edgar Rojas Prado, una de las historias que fue compartida decenas de veces en las redes sociales en junio recién pasado.
Ahora la guatemalteca explica en una entrevista para La Hora cómo ha sido manejar el proceso de la pérdida de su padre en medio de una pandemia y hace conciencia a las personas para que se cuiden de los contagios, que ahora se concentran principalmente en el departamento de Guatemala.
La entrevistada explica que su papá trabajaba como médico para el sector privado, así que atendía a pacientes de diferentes departamentos, e incluso algunos de países cercanos a Guatemala.
Sin embargo, el paciente de quien consideran se infectó, recuerda que llamó y le dijo a su papá que presentaba algunos síntomas, de hecho, era una de las personas a quien por años le había dado tratamiento, y cuando le relató lo que presentaba, el médico le dijo que no podía atenderlo porque la clínica no contaba con los insumos necesarios y por eso era necesario que buscara un hospital público.
SIEMPRE TUVO UN SENTIDO SOCIAL NO SE NEGABA A AYUDAR
Esta persona de acuerdo con la entrevistada buscó atención en otros lugares tanto a nivel público como privado, pero no encontró ayuda, así que en la desesperación de su familia llegaron a la clínica y pasaron de inmediato a consulta.
“Mi papá lo vio ahí y dijo bueno que paso, mi papá era Sancarlista así que siempre tenía lo social muy vinculado, trabajó por 16 años en el IGSS y pues al ver a su paciente que más que eso los trataba como amigos, no le pudo decir no a la ayuda”, dijo.
Cuando lo atendió, como con pacientes anteriores, el médico tomaba las medidas de precaución necesarias con cada persona, utilizaba todo un proceso de cuidados porque era consciente del grado de exposición que tenía.
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Dada la condición de esta persona, su papá, dice que llamó a una ambulancia y logró que lo recibieran en un hospital público y aunque fue atendido, murió.
Alejandra recuerda que ese lunes cuando su papá volvió a la casa estaba muy afectado, porque vio muy mal al paciente, empezó a buscar medicina y ya el jueves presentó síntomas del virus.
“Ya después nos vimos en la necesidad de internar a mi papá porque no podíamos tenerlo en la casa”, dijo.
SU SEPELIO FUE MUY BREVE
Desde el momento en que su papá ingresó al hospital, cuenta que comunicarse con él era muy difícil y no le permitieron llevar celular, no obstante, la ventaja es que conocía a muchos colegas así que con el apoyo de médicos se enteraban de su salud.
El médico, que era reconocido entre sus colegas falleció el pasado 22 de junio.
“Nos dieron la noticia eso fue un día lunes debido a tiempo de toque de queda no se podía enterrar ese día, por lo que fue el martes que se hicieron los trámites correspondientes, todo fue muy rápido y difícil de asimilar porque en el cementerio no pudimos estar los cuatro, somos tres hermanos y mi mamá, pero solo permitían tres, hicimos una caravana con amigos familiares, quienes quisieron acompañarnos, pero en el cementerio todo fue breve”, comentó.
Antes de elegir mi carrera universitaria me dijo: mona, elegí algo que realmente te apasione, entonces lo harás con amor. Él, predicó con el ejemplo. pic.twitter.com/5wPoTYhDXO
— Alejandra Rojas (@la_AleRojas) June 29, 2020
Para Alejandra todo lo vivido es muy difícil, porque no pudieron darle una despedida digna a su padre, todo fue muy rápido, aunque también se sienten afortunados ya que en su caso sí saben en donde esta sepultado su ser querido mientras otros ni siquiera han podido.
Regresar a casa y no ver a su papá, dijo que fue algo complejo. Su mamá y hermano enfermaron así que ellos como familia responsable, decidieron guardar cuarentena y no salieron.
VIVIR EL DUELO ES MUY DIFÍCIL
Cuando les tocó retomar sus responsabilidades dijo que tuvieron que realizar todo lo que había quedado pendiente, con el seguro, tarjetas de crédito y demás.
“No estuve en el momento en que mis hermanos fueron al hospital y mis hermanos vieron el acta de defunción, entonces cuando uno hace el trámite de anulación, cancelación de tarjetas debe presentar esa constancia, es un gran impacto hacer todas esas vueltas y presentar ese tipo de documentación y ahí se viene otro balde agua fría porque le recuerdan que su ser querido no está”, dijo.
Vivir el duelo en casa, no es nada sencillo para Alejandra, porque quienes sufren por la partida de un ser querido no tienen opción a decir que pueden salir a distraerse, sino que todo el tiempo deben estar en casa, sin la compañía de un familiar cercano o amigos que le den consuelo porque ahora todo es virtual.
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“Es un poco complicado por esa parte porque uno tiene que aceptar que ya no está, era algo que uno no se imaginaba en serio yo sé que todo es una ley de vida, que uno nace, crece se reproduce y muere, pero muchas de las personas que pasan por ese momento no imaginaban este tipo de despedida para sus familiares”, explicó.
Alejandra dice que es preocupante porque se ve en redes sociales que la enfermedad avanza y que es muy complejo cuando les piden que convivan con la enfermedad, que se lleva a tantas personas queridas.
SE SOLIDARIZA CON QUIENES VIVEN UNA SITUACIÓN SIMILAR
La guatemalteca entiende y le envía su solidaridad a quienes viven y pasan por una situación como la que ellos han experimentado.
“Lo que queda es aferrarse a la fe, a la esperanza de que todo va a estar a bien… toca aceptar que todo está escrito y que todo tiene un propósito… toda la gente que me llama me dice que todo tiene un propósito y que mi papá cumplió con su propósito en la tierra y que nos formó y tenía que irse”, expresó.
Además, le pide a la población que se proteja y que no crean en que la COVID-19 es una sencilla gripe y que al final es una enfermedad que no ve género, estatus social, edad, nada “hay que cuidarse por nuestro bien el de las personas que nos rodean”.