Por ROB HARRIS
LONDRES
Agencia (AP)

En una temporada en la que podrían terminar con cuatro trofeos, el triunfo más importante del Manchester City no llegó gracias a las actuaciones de Kevin De Bruyne o Raheem Sterling.

Los aficionados del City celebran a un conjunto de abogados que derrotaron a la maquinaria judicial de la UEFA en tiempo extra, salvando al club de una devastadora suspensión de la Liga de Campeones por dos años.

«Reivindicados por completo», dijo el aficionado Dante Friend a las afueras del estadio del City ayer, poco después de que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS por sus iniciales en francés) falló a favor del club en un caso de Fair Play Financiero. «Podemos demostrar de dónde ha venido el dinero todos estos años».

El dinero proviene de compañías como Etihad Airways, la aerolínea de Abu Dabi que adquirió los derechos de nombre del estadio después de que un miembro de la familia gobernante emiratí compró al equipo en 2008.

La riqueza del jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan transformó al City. Un club mediocre que llegó a la tercera división a finales del milenio se convirtió en una potencia que ensombreció a su laureado vecino, el Manchester United.

Pero el poder adquisitivo que se tradujo en cuatro títulos de liga en la década pasada — sus primeros desde 1968 — debía mantenerse dentro de los límites de la UEFA.

Ningún dueño, ni siquiera uno con el respaldo de las riquezas de toda una nación, podía gastar desenfrenadamente en jugadores. Los ingresos debían ser generados por los aficionados, las transmisiones y los patrocinadores. Y el City logró atraer a varias compañías de los Emiratos Árabes Unidos — desde la aerolínea hasta empresas financieras y de comunicaciones — para promover al equipo propiedad de Abu Dabi.

La rama judicial de la UEFA encontró que los ingresos de patrocinios estaban inflados por compañías vinculadas al dueño. La nueva investigación se inició después de que el diario alemán Der Spiegel obtuvo acceso a correspondencia interna del club de manera que irritó al City. Pero el comunicado de prensa que difundió el TAS el lunes proclamó: «El Manchester City FC no encubrió el fondo de capitales como contribuciones de patrocinios».

Justo el encabezado que quería el City, sin tomar en cuenta la segunda parte del anuncio del TAS, donde señala que el club no quedó exonerado por completo: «Aunque no cooperó con las autoridades de la UEFA».

Se trata de una leve obstrucción de la justicia que se tradujo en una multa de 10 millones de euros (11 millones de dólares), aunque significa una reducción respecto a los 30 millones de euros de la sanción original de la UEFA. Sigue siendo la multa más grande para un club inglés desde que el City fue multado con 30 millones de euros durante el caso original de gastos desmedidos de 2014.

Las dudas de si el City evitó ser suspendido de la Liga de Campeones gracias a un tecnicismo persistirán. Los árbitros del TAS concluyeron que algunas de las acusaciones «no se consolidaron o prescribieron».

Únicamente la publicación de los motivos escritos del TAS ayudará a explicar cómo se llegó al veredicto y quizá el motivo por el que la UEFA inició el caso cuando sus propias reglas establecen un límite de cinco años para procesar cualquier violación.

Luego de sonoras derrotas, incluyendo una sobre las finanzas del Paris Saint-Germain, la capacidad de la UEFA para procesar casos ahora está bajo el microscopio.

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