Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt
No vale la pena discutir por qué y cómo llegamos a la situación actual que, como era previsible, desbordará el sistema hospitalario y pondrá en peligro a mucha gente que, de contagiarse, no tendrá donde ser atendida porque nuestra capacidad para atención a pacientes es muy reducida, tanto en el ámbito estatal como en el privado. Podemos llenar páginas discutiendo si las medidas adoptadas eran las correctas o si la irresponsabilidad de mucha gente ha generado el crecimiento explosivo de los casos, pero lo cierto es que estamos superando las previsiones que hicieron muchos modelos matemáticos y las de los expertos epidemiólogos. La pandemia ya se salió de control.
En esas condiciones es vital no contraer la enfermedad y eso es algo que, en muy buena medida, depende de la actuación responsable de todos y cada uno de los guatemaltecos que debemos reducir nuestra exposición a cualquier posibilidad de contagio y tomar muy en serio la única receta probada que es la de mantener el distanciamiento, usar la mascarilla, no tocarnos la cara y lavarnos constantemente las manos. No esperemos que las autoridades nos salven de esta epidemia porque la verdad es que si las personas no entienden el riesgo poco se puede hacer. Y al hablar de riesgo es muy importante tomar en cuenta que no se trata sólo del problema de enfermarse, sino del problema de lo que puede pasar a la hora de una complicación si el sistema de salud está saturado. No olvidemos que en otros países los médicos se vieron en la situación de tener que decidir a quien ponían en respirador y a quién dejaban morir porque no había equipo suficiente para salvarlos a todos. Y alguien puede pensar que ese es un problema para los más pobres que estarán refundidos en un hospital público, pero resulta que los mismos hospitales privados no serán suficientes y también allí deberán ser selectivos, ya sea tomando en cuenta edades y futuro de los pacientes o simplemente capacidad de pago, pero el caso es que la vida de muchos estará en juego.
Por ello insisto en que hoy lo fundamental es evitar los contagios, librarse de la necesidad de ir a un hospital y eso depende de cada quien, de sus propios cuidados, de su responsabilidad personal y hacia los demás. Hay gente que ha minimizado el riesgo y critica las medidas de distanciamiento social. El tenista serbio Novak Djokovic criticó a los organizadores del abierto de Estados Unidos por las restricciones contempladas para el torneo y decidió organizar uno él mismo. Tras celebrar en buena parranda los resultados, terminó dando positivo y ahora expresa su “profundo arrepentimiento” por lo que hizo.
Y como él hay muchos que sienten que el virus apenas si daría una “gripona”. Trump y nuestro Presidente así lo dijeron al principio de la pandemia y como ellos son demasiados los que no toman en serio la pandemia y hacen chiste. No es cosa de chiste y se trata de un riesgo serio que sólo se puede evitar con distanciamiento y mascarilla, además del lavado de manos que en nuestro país no está al acceso de toda la gente. ¡No esperemos nada del gobierno ni del Sistema de Salud (público y privado). Pongamos todo nuestro empeño en cuidarnos del contagio!