Por ZEKE MILLER y TIM SULLIVAN
WASHINGTON
Agencia AP
Sin dejarse intimidar por los toques de queda, los manifestantes volvieron a salir a las calles de Estados Unidos el martes, horas después de que el presidente Donald Trump presionó a los gobernadores para poner fin a la violencia provocada por la muerte de George Floyd y exigió que Nueva York llamara a la Guardia Nacional para frenar a los «malvivientes y fracasados».
A medida que más manifestaciones comenzaban a tomar forma a lo largo y ancho del país, y ciudades como Washington se preparaban para la posibilidad de más violencia, el presidente amplificó los llamados de línea dura que hizo en la víspera, en los que amenazó con enviar al ejército a restablecer el orden si los gobernadores no lo hacían.
Ciudad de Nueva York: «llama a la Guardia Nacional», tuiteó el mandatario. «Los malvivientes y fracasados te están destrozando. ¡Actúa rápido!», escribió.
Un día después de que manifestantes pacíficos fueron dispersados cerca de la Casa Blanca, miles de personas se congregaron a una cuadra de distancia de la residencia presidencial, enfrentando a las fuerzas de seguridad que estaban de pie detrás de una valla metálica negra, la cual fue colocada durante la noche para bloquear el acceso al Parque Lafayette, ubicado frente a la Casa Blanca.
Lo de «anoche me llevó al límite», dijo Jessica DeMaio, de 40 años, quien asistió a una protesta por la muerte de Floyd el martes por primera vez. «Estar aquí es mejor que estar en casa sintiéndome impotente».
La multitud siguió en el sitio después de que entró en vigor el toque de queda de la ciudad a las 7 de la noche, desafiando las advertencias de que la respuesta de las fuerzas del orden público podría ser incluso más enérgica. Pero la protesta no tenía la tensión vista en las manifestaciones de noches anteriores. La multitud era pacífica, incluso cortés. En un momento, dado la muchedumbre comenzó a abuchear cuando un manifestante se subió a un poste de luz y quitó un letrero de la calle. Comenzaron a gritar: «¡Protesta pacífica!».
Había protestas a lo largo y ancho de Estados Unidos, incluido en la ciudad de Nueva York; Los Ángeles; Houston; St.Paul, Minnesota; Columbia, Carolina del Sur, y en Orlando, Florida, donde más de 1.000 personas se reunieron por la tarde para condenar los asesinatos de afroestadounidenses.
Más de 20.000 miembros de la Guardia Nacional han sido llamados en 29 estados para lidiar con la violencia. Nueva York no es uno de ellos y el alcalde Bill de Blasio ha dicho que no quiere a la guardia.