Danilo Santos
Cuando los que se pavonearon en sus carros caros por el Obelisco entiendan que los días de lucha y
protesta no son de fiesta, quizá entonces sabrán de qué va salir a la calle porque no queda otro recurso
para hacerse escuchar.
El desfile de mal gusto que organizaron y las “selfis” de personajes impresentables dentro de sus lujosos
vehículos, sépanlo, son indignantes. Ustedes con la sonrisa puesta piden que el país no se cierre y la
Guatemala profunda con el gesto descompuesto pide que el Estado se acuerde de una buena vez de ella
y no la dejen a merced de ustedes (en cuenta la Guatemala profunda que también vive en la ciudad).
Algo me dice que su descomunal berrinche tiene que ver con que no forman parte de la élite económica
que se dedica a actividades que están siendo favorecidas con las medidas gubernamentales, si es así,
vayan a manifestar dentro del CACIF o las otras cámaras, pero no hagan el ridículo ominoso de
pretender protestar o hacer una marcha contra el “posible” cierre del país por la curva ascendente del
Covid19. ¿Por qué no se bajaron de sus carrozas? Solo hay dos motivos, el maquiavélico cálculo jurídico
para no infringir la ley (más de lo que lo hicieron), ya que las manifestaciones y aglomeraciones no están
permitidas en el Estado de Calamidad. O simplemente que no son estúpidos (aunque esto es una
paradoja, viendo lo hecho) y que no se quieren exponer al contagio.
Cuando se exhiben con guardaespaldas y blandiendo banderas nacionales y haciendo sonar el himno,
solo demuestran su descomunal desasosiego por no estar en la rosca económica y política de quienes
están tomando decisiones en el país. Ustedes de protestar no saben nada. Se protesta henchidos, con
himno o sin himno, se lucha en las calles sabiendo que lo que se juegan es el pellejo porque es lo único
que tienen.
Ustedes no protestan ni luchan, ustedes salen a hacer de su berrinche fiesta.
Ojalá y el Presidente les grite igual que lo hace con la población que manifiesta desacuerdos con su
quehacer en estos momentos o que simplemente protestan y luchan en serio contra la representación
del Estado en sus comunidades, por el olvido y la exclusión sistemáticas. Para ustedes no hay que cerrar
el país porque igual quienes se van a morir son sus “colaboradores”, no ustedes y sus familias (Por
cierto, son trabajadores, no colaboradores).
Tengan paciencia, esto no es para siempre, vivan de sus ganancias ahorradas mientras el pueblo salía a
protestar a las calles por salarios, salud, educación, derechos sociales y económicos.
La actual situación ha servido para desnudar la voracidad del capitalismo y sus sectas, ojalá nos demos
cuenta de esto y en lugar de consumir lo que no necesitamos fortalezcamos nuestro sistema de salud,
nuestra economía y servicios para que este tipo de contingencias no sean tan intratables y sean menos
doloras para la gente que realmente trabaja, y lucha y protesta.