Lic. Luis Fernando Bermejo Quiñónez
@BermejoGt
lfernandobermejo@gmail.com
La crisis de la pandemia del coronavirus está afectando enormemente el bienestar de la población en países con sistemas políticos y económicos mucho más desarrollados que el de Guatemala. Algunos casos como EEUU y Chile llaman la atención por la crisis que sufre a pesar de su gran desarrollo. Sin embargo, en el caso de Guatemala, la crisis ha puesto en evidencia una vez más las grandes falencias de un Estado cuyas deficiencias eran innegables para todos desde hace mucho tiempo. Causan tanto desconsuelo los reportajes del colapso del sistema de salud por la atención de los pacientes de coronavirus, a pesar de toda la infraestructura instalada en los hospitales temporales. Por otro lado, se aprecia que, no obstante existen recursos como nunca antes a disposición, el aparato estatal no brinda la atención de alivio temporal en el tiempo debido. Da coraje que los doctores que llamamos a atender a los pacientes se quejen que no les paguen y no les den equipo de protección, nuevamente existiendo recursos para ello, mientras en otras áreas del Estado el dinero fluye sin cesar en negocios y prebendas muchas veces ligados a los propios funcionarios. Todo esto me ha llevado a reflexionar en los días pasados y a preguntarme: ¿Qué tal si usamos la crisis para promover la construcción del país?
Ahora vemos que a pesar de todo el malestar económico causado por las medidas restrictivas, nuestra crónica falta de inversión en salud e infraestructura en general nos está cobrando la factura porque de todos modos está colapsando nuestro sistema de atención de salud frente a nuestros ojos y los contagios aumentan. Creo que lo anterior nos debe llamar la atención y movernos a la acción para que por fin se cree la inercia necesaria para construir un mejor país. Guatemala es un país “por construir” en el sentido de que tenemos un sistema de salud colapsado, tenemos infraestructura vial deficiente, tenemos infraestructura estratégica como puertos y aeropuertos sub-óptimos, tenemos sistemas de transporte público de pésima calidad, el país entero carece de infraestructura básica de drenajes y saneamiento, tenemos un servicio civil decadente, tenemos un sistema educativo en malas condiciones, y por último, nuestra institucionalidad está capturada por intereses y por las mafias tanto en el Congreso como en las Cortes por una perversión de nuestro sistema electoral y de elección de magistrados. Todo esto es “evidente” y no hacemos nada, algunos por interés “de que no cambie nada” por los miedos que tienen al cambio y otros porque les es beneficioso el “status quo”, entremezclándose entre sí.
Es este es el momento de arrancar con el proceso de construcción del país. Tanto en la izquierda y la derecha dicen que quieren mejorar el país. Quitando los extremos radicales en ambos lados que son “bastante ruidosos”, en el “centro” hay muchas coincidencias de cómo sacar adelante el país y mejorar sus instituciones. Algunas ideas propongo de dónde empezar. ¿Qué tal si usamos la crisis para la ansiada reforma electoral para mejorar las instituciones partidarias y el sistema electoral para dejar de elegir “listados de desconocidos”? ¿Y si reformamos nuestro sistema de justicia para que no sea cooptado por las mafias y los intereses gremiales? ¿Y si usamos la crisis para promover un plan nacional de inversión de infraestructura vial, puertos y aeropuertos y reformamos la forma de contratarla pero sin visión corporativista como quieren algunos abriéndonos a la competencia verdadera? ¿Y si usamos la crisis para reformar nuestro servicio civil para formar una burocracia estable y bien capacitada? ¿Y si hacemos una cruzada para hacer obras de infraestructura de agua y saneamiento público en todo el país dejando de fomentar los negocios privados que no les interesa ello? ¿Y si usamos la crisis para reformar el sistema educativo? En fin, Guatemala necesita el equivalente a un “Plan Marshall” pero eso no vendrá en los tiempos actuales de EEUU como piensan algunos, deberá venir de nosotros mismos. Guatemala es un país que tiene los recursos y la gente para poder emprender estas reformas, eso sí, se necesitarán acuerdos y dejar atrás el “veto sin propuesta” de algunos sectores económicos y sindicales y las “utopías” con las que sueñan otros sectores, nuevamente requerirá el “centro” se fortalezca, prime el sentido común y que pongamos nuestro dinero donde están nuestras palabras. Nos está saliendo caro no hacerlo, es hora nos demos cuenta.