Juan Antonio González Iglesias (Salamanca, 22 de septiembre de 1964). En la entrevista del 25 de noviembre de 2019 que le hiciera Nuria Azancot para El Cultural, al poeta González Iglesias, él afirmó: El modo poético de estar en el mundo es así. Santa Teresa lo dijo muy bien: no está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho. En esta época de intelectuales yo me veo como un corporal, un sexual, un sentimental, un pasional, en eso incluyo mi inteligencia, si la tengo… No distingo la piel del intelecto.
El poema de amor debe tener previsto
En el bus ves por dónde vas
E.M.T. De Madrid
El poema de amor debe tener previsto
el transcurso futuro de los astros
pero también
el vocabulario de la derrota
y la gloria muy simple del minuto.
Debe tener prevista la palabra Albentur
sólo porque está escrita en el costado
del autobús nocturno que te devuelve a casa.
Debe decir la periferia urbana,
y saber convertirse, si es preciso,
en oda a las ciudades encendidas.
Debe tener previstos los fracasos,
toda nuestra pobreza,
el miedo a que se quiebre nuestro amor extramuros.
El poema de amor debe negar el oro.
El poema de amor debe saber que somos
iguales, y por tanto debe incluir palabras
libres de tradición y de sabiduría.
No diré que Petrarca no nos sirve.
Diré que no nos basta. Nuestro fuego sucede
más acá de los límites del mundo.
El poema de amor debe incluir mi nombre y tu nombre
de la misma manera que mi nombre incluye el tuyo.
El poema de amor debe afirmar definitivamente
que no somos oscuros, ni pobres de aventura.
Déjame que te abrace…
Déjame que te abrace, ahora que todavía
tu piel no lleva escritas las mentiras del mundo
y tus labios son sede sólo de la hermosura.
Porque sólo he querido ser bueno y verdadero,
y tú puedes hacerme,
déjame que te abrace.
He detenido el vuelo de las aves
«las pasiones, por contener el máximo de vida
son las cosas más santas»
Yeats
He detenido el vuelo de las aves,
el canto de los pájaros
para cantar la gloria de Dios en tu cintura,
tu torso receptivo de claridad a oscuras,
boxeador diminuto entre mis brazos.
Por ti
me convierto en amor varias veces al día.
Amo tu cuerpo simple y masculino.
Vámonos al combate de los muchos asaltos.
He leído el tratado geométrico de Euclides
antes de acariciarte. Sólo quiero que estemos
las próximas diez horas
perfectamente interconectados.
De madrugada llego a tu garganta.
El lugar de tu lengua, yo lo tomo.
y aunque ahora podría erigirme en un nuevo
portavoz de la joven poesía en llamas,
prefiero ser el hombre que es capaz del silencio,
y así, con los residuos más pobres del lenguaje
celebro la presencia de tu cuerpo en mi vida.
Esto es mi cuerpo…
Esto es mi cuerpo. Aquí
coinciden el lenguaje y el amor.
La suma de las líneas
que he escrito ha dibujado
no mi rostro, sino algo más humilde:
mi cuerpo. Esto que tocas es mi cuerpo.
Otro lo dijo
mejor. Esto que tocas
no es un libro, es un hombre.
Yo añado que esto que te toca ahora
es un hombre.
Soy yo, porque no hay
ni una sola sílaba que esté libre de amor,
no hay ni una sola sílaba
que no sea un centímetro
cuadrado de mi piel.
En el poema soy acariciable
no menos que en la noche, cuando tiendo
mi sueño paralelo al sueño que amo.
No mosaico, ni número, ni suma.
No sólo eso.
Esto es una entrega. Soy pequeño
y grande entre tus manos.
Ésta es mi salvación. Éste soy yo.
Este rumor del mundo es el amor.
Leer
in memoriam Carmen Jodra
Recostada en el olmo, la que lee
a la orilla del Tormes, ha elegido
la mejor parte. Tiene entre sus manos
el lenguaje. Ha elegido muchas cosas,
la hora, el libro y el lugar en sombra,
el agua y no hacer nada, o no hacer nada
más que leer, dejarse ser. Leer
es mejor que escribir, mejor que hacer,
mejor que todo. Es una primicia.
Escucha ese silencio que le dice.
Ha elegido en verdad la mejor parte.
No le será quitada.
Lo sencillo
para Amalia Bautista
Lo sencillo está diseminado por el mundo.
A veces no se ve, porque es diáfano.
Su lugar es la rutina tanto como el acontecimiento.
No necesita explicación porque ya está desplegado.
Estaba antes y estará después.
Vuelve verdaderamente inolvidable
el encuentro con otro ser humano.
Convierte las cosas en momentos.
A pesar de lo que pudiera parecer,
lo complicado no prevalecerá.
Selección de textos: Gustavo Sánchez Zepeda