Foto ilustrativa: Una persona observa en una ventana durante uno de los toques de queda que implemento en su momento el Gobierno guatemalteco. AP/Moises Castillo

Por Alfonso Mata
alfmata@hotmail.com

La cuarentena empieza a incomodar y a limitar a muchos su existencia. Adelantar la cuarentena y entrar al contagio rebaño parece vislumbrarse en el horizonte pues hay que salvar la economía ¿es eso cierto? Lo dejo para futuras discusiones. Ahora interesa ver consecuencias en la salud de levantar la cuarentena.

Hay que pensar en el hoy

Se piensa que: Si se levanta la cuarentena, desde una perspectiva biológica se adelanta el contagio. Con ello se logra que la población adquiera anticuerpos y esté lista para en el futuro defenderse contra el virus. Pero desde el punto de vista biológico la cosa no es así de sencilla: Inmunidad a la fuerza contagiándose con otros, exponiéndose de una manera no voluntaria, es discutible tanto desde el plano ético (del cual no me voy a ocupar) y desde el punto de vista biológico. Desde este punto, se está partiendo de una hipótesis no demostrada: que al adquirir (o si los voy a adquirir) anticuerpos estoy libre de todo pues, en estos momentos, nadie puede decir cuánto va a durar la inmunidad adquirida y no se tienen ni estudios ni experiencia con este nuevo virus sobre ello. Podría ser para siempre, y podría no serlo.

Pero hay algo peor, al adquirir anticuerpos muchos se van a complicar y otro tanto a morir de esas complicaciones y muchos se va a ver expuestos a ello debido a una falta de atención. Así que no es cierto el decir que adquiriendo anticuerpos de lucha contra el virus el virus está derrotado.

Por otro lado, ignoramos si la inmunidad que ahora adquiramos sea perdurable y dado que ignoramos el tiempo y las condiciones que necesitamos para volvernos a infectar, no podemos saber si para entonces el virus mutó y esos anticuerpos no nos servirán para nada. Entonces es claro en este momento que no sabemos si es posible la reinfección. Sabemos que la reinfección en algunas enfermedades (el dengue por ejemplo) cuando se reinfecta uno, a pesar de haber sufrido la enfermedad antes, los efectos de esta segunda vez son peores y en algunas ocasiones letales. Por consiguiente, tampoco podemos afirmar no importa una reinfección.

Personas usan mascarillas a bordo de un autobús para evitar la propagación del nuevo coronavirus en Ciudad de México, el martes 31 de marzo de 2020. (AP Foto / Eduardo Verdugo)

Hay que pensar en el mañana

Otra pregunta que aún no ha contestado la ciencia sobre el virus SAR-CoV-2 es: por cuánto tiempo se conservan algunos virus o partículas de este en la persona que lo contrajo y que no tuvo síntomas o en la persona infectada y aparentemente curada. Y de eso tenemos ejemplos con otras enfermedades, por ejemplo el herpes que se sabe permanece dentro del cuerpo y que puede activarse muchos años o décadas después de que uno enfermó una primera vez, produciendo nuevamente enfermedad.

Pero la cosa inmunitaria no se detiene ahí. No sabemos si puede funcionar el SAR-CoV-2 como potencial causante más delante de otras enfermedades. Muchos que han sido contagiados del virus de la hepatitis, tienen mayor incidencia de cáncer. Alguien me pasa el virus, o yo lo paso a alguien y luego de años o yo resulto con hepatitis o alguno a quien contagié. Por eso es importante tomar con pinzas la trasmisión el día de hoy de este virus, del cual conocemos casi nada.

Finalmente no esta tan fácil, por falta de estudios clínicos, determinar las secuelas de la infección asintomática. Benigna o maligna. No es fácil aventurar ni decirle a nadie que no tendrá secuelas: a lo mejor las supera con el tiempo, a lo mejor no. Esto no es nuevo. En los cánceres por ejemplo, hay muchos tipos de cáncer que están asociados con virus pero también hay enfermedades neurológicas, pulmonares, renales en que un virus está asociado. Otra razón más, para no contagiarnos.

Realización de una prueba del coronavirus en Hempstead, Nueva York. Foto La Hora/AP/Seth Wenig.

Otros problemas de cuarentena

Hay un dicho que está ya de moda, casi se culturalizó mundialmente y es “nosotros somos jóvenes entonces que nos importa pues rápido pasa y ya”. Hay en eso un poco de mentira. Hay que tomar en cuenta que entre el 10-30% según país y lugar de contagiados son jóvenes y algunos de ellos, acaban en el hospital, es decir, contagiados que tienen complicaciones y problemas serios.

Otro argumento para levantar la cuarentena que se da es: la mayoría son casos moderados pero esos casos moderados a pesar de que ahora puede cursar con lesiones leves no sabemos en el fondo que ocultan para el futuro.

Por consiguiente y en términos de salud, es bastante irresponsable buscar atajos a la inmunidad a través de la llamada inmunidad de rebaño. Honestamente, éticamente y biológicamente la mejor manera de llegar a inmunidad adquirida segura, por lo menos al momento, es la vacuna la cual en estos momentos no existe y obviamente lo más importante en esa vacuna será el tipo de inmunidad que nos pueda ofrecer y mientras esta llega, lo mejor es vivir y llegar vivitos y coleando sanos a la vacuna, aunque sea por un camino lento y despacio.

Existe una cuestión importante y tiene que ver con el prójimo. Es lotería cantada que tenemos que proteger a aquellos adultos con comorbilidad, a aquellos que tienen otros daños y patologías en su cuerpo que se sabe que al infectarse se llenan de complicaciones graves y que aquellos que salen del daño ahora, quedan con complicaciones futuras (riñones, hígados, pulmones dañados y que al exponerme yo a mí se fortalecimiento de anticuerpos, a ellos los expongo a una larga enfermedad y a veces a la muerte.

De tal manera que es y va a ser temerario, cortar la cuarentena de plumazo. Se necesita pensar muy bien en la forma de hacerla cuándo cómo y a quiénes.

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