Dra. Gabriela Marroquín de Matta

post author

Dra. Gabriela Marroqu’n de Matta

En estos momentos de la pandemia todos los humanos a nivel mundial experimentamos emociones diferentes y las gestionamos cada uno a su manera. Es natural y es VÁLIDO sentir todo tipo de emociones, las cuales las experimentamos, sin importar su origen o forma. Lo más importante de las emociones, las cuales no se pueden evitar, es la forma en que se gestionan pues ahí es donde está la diferencia y donde entra en juego la famosa inteligencia emocional. La forma en que se reacciona a cada una de ellas hará la diferencia.

Todos estamos pasando y viviendo esta pandemia, con emociones diferentes, todos somos y estamos vulnerables. La autora Brené Brown define la vulnerabilidad como la emoción que se siente en los momentos de incertidumbre, riesgo y exposición emocional. Ella explica que todos somos vulnerables y lo mas importante es reconocer que lo somos. La vulnerabilidad nos lleva a tener coraje. Brown considera que no se puede tener coraje sin reconocer que se es vulnerable.

La vulnerabilidad, vista de este punto de vista, nos pone a todos, a cada uno con nuestra preocupación, miedo o incertidumbre en una posición la cual siempre se ha considerado como una debilidad, lo cual contradice la autora Brown, pues ella considera que se debe de reconocer la vulnerabilidad para poder tener el coraje y la valentía de enfrentarla. Por esto lo invito a que se tome el tiempo para identificar qué es lo que en este momento lo hace sentirse en esa posición.

Todos, sin importar estrato social, edad, creencias o ideologías estamos vulnerables en estos momentos, por lo que algunos más que otros tendrán la responsabilidad de reconocer en familia, con el equipo de trabajo o personas con las que nos relacionamos, esa vulnerabilidad que sentimos, ser empáticos y conectar con cada uno preguntando cómo se siente, qué ha sentido, escuchar, validar su sentir y acompañar en el proceso, pues éste de una u otra forma lo tendremos que gestionar a manera personal y colectiva para salir adelante.

Lo invito a hacer la diferencia en su día a día haciendo un ejercicio sencillo: A cada persona que atiende o sirve o cumple con su labor, a cada uno de los que están haciendo un esfuerzo extra por lograr que Guatemala salga de la crisis, a esa persona apláudale, apréciele, reconózcale y valídele el esfuerzo que hace, pues seguro esa persona, al igual que usted, estará vulnerable por sus propias razones, y ese reconocimiento que no tiene un precio puede ser el grano de arena que se pone para colaborar en esta crisis. Al final del dia será una diferencia para quien recibió el agradecimiento y por supuesto para uno mismo.

Artículo anteriorPara el Maestro Héctor Rosada
Artículo siguienteBuscar a quién tirarle los miles de muertos