Mario Alfredo Alvarado Vela1
La conmemoración de la Pasión de Cristo, tiene sus orígenes en Guatemala desde el siglo XVI fruto de la ardua labor de evangelización que llevaron a cabo los misioneros enviados al Nuevo Mundo por la iglesia católica.
La ciudad de Santiago de Guatemala en su estadía en el valle de Panchoy fue cuna de diversos acontecimientos históricos así como el génesis de muchas devociones que llegaran a nuestros días lamentablemente en el año de 1773 un devastador terremoto destruye la ciudad por lo cual la corona española en medio del proceso de las reformas borbónicas ordenara su abandono y posterior traslado al valle de la Ermita.
Es importante señalar que la religiosidad popular y la devoción por la Pasión de Cristo eran de las conmemoraciones más importantes en la ciudad y que llevaban siglos de venirse celebrando con toda la pompa y mística del caso.
Es por ello que en este artículo identificamos como fue el proceso del traslado de tres esculturas de Jesús con la cruz a cuestas que dada su importancia y presencia en el ideario de las personas hizo que estas se trasladaran a esta ciudad capital como parte de un proceso para forzar la migración de los habitantes de la añeja ciudad del señor Santiago a esta nuevo asiento de la urbe.
JHS de la Merced
En este mismo contexto recordemos que en el siglo XVI surgirán las primeras cofradías dedicadas al culto de la Pasión de Cristo, siendo una de las más antiguas la que rendía culto a un Nazareno propiedad de los padres mercedarios y que según sus miembros había sido fundada esta entidad en 1582 en de Santiago de Guatemala.
Tras algunas desavenencias con los citados religiosos los cofrades que eran la elite socio-económica de la ciudad encomendaron a Mateo de Zúñiga un célebre escultor de la época la realización de una escultura propia la cual fue entregada en 1655.
La citada obra maestra pronto se posiciono en el ideario de la ciudad a tal grado que el 5 de agosto de 1717 fue solemnemente consagrada en una ceremonia que se podría decir fue una verdadera fiesta barroca en la América Española. Posteriormente en el año 1721 el ayuntamiento jurara al Nazareno de la Merced como patrón de la ciudad contra pestes y calamidades.
Lo anterior dio paso a que esta talla se utilizara en múltiples rogativas por diversos motivos en la ciudad de Santiago de Guatemala mismas que aun siguen teniendo vigencia pues la última se realizó ya en esta ciudad capital con motivo del cambio de siglo.
Lo anterior eran suficientes elementos para identificar una cofradía junto a su escultura como una de las más activas y fuertes de la ciudad en los siglos XVII y XVIII. Es por ello que cuando se dio la orden del traslado de la ciudad el capitán Martin de Mayorga ordenara que dentro de las primeras obras de arte trasladadas a este valle este el Nazareno de la Merced situación que se concretó en el año de 1778.
Con este traslado podemos observar como la función social y religiosa de las esculturas religiosas fue determinante para hacer migrar algunos vecinos que aun dudaban de mudarse y lo hacen siguiendo a una de las más bellas esculturas de Cristo con la cruz a cuestas y que tenía una sólida presencia en el ideario popular fruto de la ardua labor de su cofradía y de mayordomos como Juan Antonio Colomo o Nicolás Pérez de Santa Maria.
Actualmente Jesús Nazareno de la Merced se venera en el neoclásico templo mercedario inaugurado en el año 1813 en su retablo que fue elaborado en el siglo XVIII y que se trasladó a esta ciudad capital siendo sacado en cortejo procesional el día martes santo en conmemoración de su jura como patrón de la urbe y el viernes santo en la antigua función penitencial de la cofradía que se realiza desde siglos atrás.
JHS de los Milagros
En este mismo contexto surgirá a finales del siglo XVII en la periferia de la ciudad de Santiago en el paraje denominado Chipilapa un barrio de mulatos y personas marginales las cuales según los cronistas de la época fueron testigos de un impresionante milagro cuando tembló milagrosamente una cruz que se encontraba en sus calles.
Esto motivo a los files del lugar a lograr construir una ermita para su veneración misma que fue edificada tres veces hasta su destrucción en el año 1773 la citada edificación religiosa estaba dedicada al a Virgen Maria bajo el nombre de Ermita de Nuestra Señora de los Dolores al Pie de la Cruz del Milagro ubicada entre las calles de la Sangre de Cristo y Chipilapa.
Es para el siglo XVIII cuando se edificaba la última de varias construcciones en este solar que un vecino de la urbe de nombre Lorenzo de Paz donara a esta ermita un Nazareno de su propiedad con la condición que se le rindiera culto y organizara una cofradía para velar por su culto.
Lo anterior fue aceptado por el prioste del lugar y rápidamente los vecinos fundaran una cofradía la cual pronto estableció su cortejo procesional en la noche del martes santo por las calles empedradas de la ciudad.
Este cortejo se mantuvo aun después de los terremotos de Santa Marta como lo atestiguan algunos documentos pero saliendo desde el hospital de San Pedro pues la ermita del barrio de Chipilapa había sido destruida en gran parte y sus bienes fueron llevados al citado lugar.
En este mismo contexto dentro del proceso del traslado y posterior forzamiento del mismo el citado barrio se vio abandonado en su totalidad sus calles se cerraron y la totalidad de su población migro a la Nueva Guatemala de la Asunción.
La escultura del Nazareno junto con otros bienes y la citada cruz del Milagro se trasladaron a esta ciudad en 1780 siendo desde entonces parte importante de las conmemoraciones de la Pasión de Cristo hoy en día bajo el título de Jesús Nazareno de los Milagros.
Su veneración es actualmente en el santuario del Señor San José a donde tras varios viajes en el siglo XIX llego esta esplendorosa talla de autor anónimo atribuida popularmente sin ningún respaldo documental al insigne Alonzo de la Paz y Toledo su cortejo procesional mayor es el domingo de ramos pero en el siglo pasado surgió una procesión penitencial conocida del silencio la cual se lleva a cabo el jueves después del miércoles de ceniza por los viejos barrios de la Nueva Guatemala de la Asunción.
JHS de Candelaria
A mediados del siglo XVI el primer obispo de Guatemala Francisco Marroquín edifico una ermita dedicada al a Virgen de Candelaria en el barrio del mismo nombre el cual era habitado por indígenas Cachiqueles y Tlaxcaltecas bajo la administración de los padres dominicos.
Es en este espacio devocional que llegara en el siglo XVII según recientes investigación del Dr. Mario Alfredo Ubico un nazareno procedente de la capilla del Rosario de Naturales que tras su cierre fueron estos bienes llevados a Candelaria.
La presente escultura de Cristo con la cruz a cuestas nos muestra una pieza interesante con una mirada al frente y características muy especiales que nos hacen pensar que es uno de los nazarenos más antiguos que se veneran en el país.
Se cofradía en la época colonial estuvo compuesta únicamente por indígenas será hasta casi mediados del siglo XVIII que esta comenzara aceptar ladinos siendo su cortejo procesional en la noche del jueves santo.
En este sentido existen múltiples documentos que nos hablan del desarrollo del citado cortejo desde tiempos inmemoriales dice un breve del papa Inocencio XI del año 1677.
La devoción creció por este nazareno a tal grado que fue necesario elaborar una puerta directa para su capilla siendo los vestigios de la misma en la Antigua Guatemala mudo testigo de esta devoción ancestral.
En este contexto tras la ruina del terremoto de Santa Marta en el año 1784 bajo la guía del Padre Josep Maria de Eloso que se traslada la parroquia de Candelaria y sus bienes religiosos dentro de ellos esta bellísima escultura.
Con el paso del tiempo su cortejo de jueves santo a crecido de gran manera hasta ser uno de los más grandes que existen hoy en día en Guatemala se conoce al Nazareno de los ojos verdes desde el año 1927 como Cristo Rey.
Conclusiones
Se ha dejado clara evidencia como estas tres esculturas de Pasión fueron fundamentales para el desarrollo de los cortejos de pasión en Santiago de Guatemala y como en diversos contextos históricos y sociales dado lo vivido en la colonia y que Severo Martínez Peláez describe con gran maestría no fue obstáculo para que se lograra una constante presencia en el ideario de las personas por esta advocación de Cristo.
Lo anterior también fue un detonante para que muchas personas se trasladara para esta ciudad capital en búsqueda del Nazareno de su devoción lo anterior fue ya en el siglo pasado parte de la concepción histórica que se buscó rememorar cuando en 1963 fue llevado el Nazareno de Candelaria en peregrinación a las ruinas de su capilla y más adelante se replicó con el Nazareno de los Milagros en 1996 cuando igualmente regresa a la Antigua Guatemala y visitara las calles de su barrio a la vera del rio pensativo y se le nombrara protector perpetuo de esta emblemática ciudad.
No será hasta el año 2005 con motivo del 350 aniversario de su puesta en veneración que también el Nazareno de la Merced regreso a la ciudad que le vio nacer y consagrar en una histórica peregrinación.
Estos tres ejemplos nos pueden dar una idea de cómo pudieron haber sido sus cortejos procesionales en la llamada romántica ciudad colonial, pero también evidenciar el papel en la historia del arte y religiosidad de las citadas esculturas de Pasión que veremos pronto por las calles de esta Nueva Guatemala de la Asunción.