Marco Tulio Trejo

mttrejopaiz@gmail.com

Soy periodista, comunicador social y un soñador creador de opinión pública, para hacer conciencia que permita mejorar los problemas sociales, económicos y políticos que nos aquejan y nos mantienen inmersos en una sociedad con pocas oportunidades de vida para las nuevas generaciones. Estoy convencido de la importancia que tiene la prensa, en el fortalecimiento de la democracia, para coadyuvar a la consolidación de un Estado de Derecho con una certeza jurídica y el lema de mi señor padre siempre fue: “la pluma no se vende, ni se alquila”.

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Marco Trejo

Después de que hemos vivido cinco meses de la pandemia del coronavirus (COVID-19), tenemos que estar claros de que el mundo cambió, Guatemala cambió porque no podemos seguir siendo los mismos.

Primero tenemos que ser más sensibles como humanos, hemos visto cada escena de cómo miles de personas han sufrido en carne propia la afección de un virus que sin compasión afecta el cuerpo humano y creo que eso nos tiene que hacer pensar que es lo que nos espera en un futuro cercano si no cambiamos nuestro estilo de vida.

¿Será que todo esto que ha sucedido era necesario? Esa es la pregunta que me hago, porque nos ha hecho reinventarnos y hacer lo que se está haciendo porque ya era imposible seguir viviendo como lo estábamos haciendo.

Creo que si era necesario, es necesario porque va hacer la evolución de la conciencia del ser humano, hará que nos sobrepongamos como humanidad, porque hemos sido sometidos a la adversidad para continuar con nuestras vidas y con nuestro futuro.

La pandemia nos ha enseñado que no podemos mantener nuestro Ego y pensar solamente en uno mismo, ahora tenemos que pensar en los demás sobre todo en nuestros viejos, ya que es a ellos que les afecta más esta enfermedad. Tenemos que sanar heridas en nuestros corazones y alma, no podemos seguir odiándonos, no podemos seguir polarizados por ideologías, tenemos que salir todos adelante, de la mano, sin importar que es lo que pensamos y hablamos.

Hemos visto como nos hemos reencontrado con la espiritualidad, sin importar credo o religión, eso es importante para recobrar nuestros valores y respetar la vida, lo más importante entre el ser humano.

El confinamiento que hemos vivido por tres, cuatro semanas nos tiene que permitir controlar nuestras emociones, debemos ser más cautos y controlar nuestra mente para que no solamente actuemos, sino que pensemos en el bienestar de los demás.

Sé que nos ha afectado a todos, a unos más a otros menos, se ha hablado de que era insoportable transitar por las calles en horas pico, no nos animábamos a trabajar desde las casas y usar de una mejor manera la tecnología (estudio y trabajo a distancia), compras vía internet (telemarketing), usar de una mejor manera las redes sociales, la gran mayoría, para mantenernos informados y compartir lo que creemos que es de beneficio, sin olvidar el buen humor.

En fin muchas cosas más como desintoxicar el planeta, algo que se ha hablado mucho, pero que nadie se animaba a decir es el momento de parar, de dar un respiro a la tierra donde vivimos. Sé que nos va afectar en nuestras economías, muchas empresas pueden cerrar, se van a dar despidos masivos, gente con hambre, pero es allí donde viene la reinvención, encontrar las soluciones y alternativas a estos problemas que se nos vendrán encima.

Siempre he escuchado que las crisis son buenas cuando encontramos la fórmula para reinventarnos, para encontrarnos nosotros mismos, de valorar más a nuestras familias, esos seres queridos que siempre están en las buenas y en las malas y nos enseñan a aprender para seguir aprendiendo. Ahora en adelante tenemos que revolucionar, ser más emprendedores y sobre todo salir del confort en el que nos encontrábamos.

La vida siempre da vueltas y vueltas, lo importante es no sucumbir como personas, Guatemala se tiene que levantar, siempre lo ha hecho contra las adversidades, estoy seguro de eso porque somos una sociedad luchadora, trabajadora, emprendedora y solidaria, aunque siempre existen los grupos que solamente ven por sus intereses y bolsillos, pero la mayoría somos gente buena y sobre todo inteligente. Salgamos adelante Guatemala, pero salgamos todos.

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