Alfonso Mata
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Tres elementos debemos tomar en cuenta en relación a lo que está ocurriendo con la actual pandemia mundial. La especie coronavirus se ha propagado en todo el mundo, hasta en los chuchos se dice que existe. Pero el coronavirus productor de esta epidemia, SARS-CoV-2 se desconocía hasta hace unos meses. Es un virus modificado genéticamente en su estructura ya sea por la naturaleza o por el hombre, eso en este documento no nos importa. Lo que nos importa en este momento es que su estudio genético, muestra que es altamente inestable y por consiguiente con mucha capacidad mutante y se puede autolimitar más rápido. Esas características en estos momentos nos beneficia a los países que estamos en la fase de contención de la epidemia. ¿En qué nos basamos para afirmar eso? en el comportamiento que está teniendo la epidemia en LA. Se comporta completamente diferente a la de otros lugares, pero eso no es suficiente para entenderlo.
En toda infección, el comportamiento de su expansión y daño lo dan tres situaciones: el propio productor de la infección (el SARS-CoV-2); el huésped: europeos, asiáticos, americanos, somos semejantes pero no iguales y por consiguiente, la forma de reaccionar de nuestro organismo a una misma fuente de infección, puede variar y está sujeta a un histórico infeccioso e inmunológico, nutricional, vacunal, terapéutico, a que hemos sometido nuestro organismo y a lo que lo tenemos acostumbrado y finalmente a nuestra forma habitual de vivir y relacionarnos con el ambiente tanto nosotros como el virus.
Entonces, es de esperar que COVID-19 se presente con diferente intensidad, complicaciones, pronóstico en cada lugar, de acuerdo a cómo reaccionan e interaccionan Huésped ambiente y virus. ¿Está perdiendo virulencia y capacidad de trasmisión el virus? ¿Nuestro organismo está mejor adaptado al virus y sus diabluras dentro de nosotros? ¿El ambiente, la temperatura, la humedad, la presencia o ausencia de tóxicos, todo ello aunado a las medidas de contención y observación que hemos montado detienen su transmisión? A la fecha, todas esas circunstancias y eventos parecen haberse alineado a nuestro favor.
Pero hay otras circunstancias que duermen agazapadas en espera de estallar y ponernos en riesgo ante el SARS-CoV-2 si es que esta allí con todo su poder. Creo que ninguna tan evidente como el estado nutricional deteriorado que sufre mucha de nuestra población. No he visto a la fecha, estudio que indique el riesgo de un estado deficiente o de deficiencias nutricionales en asociación y relación con complicaciones y mortalidad por COVID-19 y creo que eso es una elemento que se ha pasado por alto, a pesar de saberse y haberse comprobado que a cualquier edad, un estado deficiente de nutrientes, micronutrientes y minerales, puede aumentar esos riesgos, más en ancianos y niños. Entonces nos topamos que el estudio epidemiológicamente del COVID-19, no ha aportado respuestas a todas las preguntas importantes respecto: características del virus, afinamiento de su trasmisión y por ejemplo ¿El virus de nuestros pacientes infectados ha mutado? Debería existir envío de muestras de Guatemala al CDC o a un laboratorio eficiente que nos responda ello. Eso es básico para saber su comportamiento real y cómo enfrentarlo ¿cuál es papel que el estado nutricional está jugando en los complicados y sus complicaciones en nuestros casos y en los de otros lugares? Necesitamos saber si el estado nutricional es un factor de riesgo para complicaciones y letalidad. Puede actuar como causa o esta actuado como consecuencia.
Una integración estructurada y sistemática de la información de diferentes estudios de Europa y Asia o Estados Unidos, debería de conseguirse con el fin de responder a la pregunta de arriba y otras preguntas que tienen que ver que sigue después de la cuarentena y manejos clínicos y terapéuticos. Por supuesto que se ha informado que la comorbilidad asociada es una causal de complicaciones y letalidad, pero necesitamos mayor precisión. ¿Es la infestación por SARS-CoV-2 causa de… o acompañante de…? pregunta fundamental para precisar el manejo clínico y acá cabe otra pregunta los pacientes con comorbilidad que mueren ¿son o han estado previamente descompensados en su morbilidad? En nuestro medio, e acuerdo a estudios de OMS en LA, el número de personas de la tercera edad, con multimorbilidad mal llevada y controlada, es alto.
Los estudios originales que se han y están publicado sobre casos hospitalarios y extrahospitalarios por COVI-19 son muy heterogéneos en naturaleza y estructura y sería importante que un grupo de epidemiólogos y clínicos los analizaran, no solo bajo un enfoque cuantitativo (como en el metanálisis clásico) sino también cualitativo un «metanálisis cualitativo» en sus aspectos clínicos terapéuticos y epidemiológicos. Esto no solo nos daría mejores pautas de actuación y no solo representa una acumulación sistemática de información y características de diferentes estudios, sino también una evaluación de la calidad, la incertidumbre, los datos faltantes, el error aleatorio y el sesgo entre los estudios de interés. No entiendo como las oficinas de OPS/OMS de la región, no han hecho un análisis al respecto, está dentro de sus mandatos. La mejor síntesis posible de la información disponible de otros lugares, de nosotros y nuestro medio, es esencial para todos los tomadores de decisiones. Es necesario en medicina clínica para el mejor tratamiento de complicaciones, cuando uno tiene que enfrentar a un paciente o establecer estrategias comunes para grupos de pacientes similares. Es valioso en la investigación epidemiológica, donde las nuevas hipótesis deben seguir información de primera clase para el manejo de la contención y expansión. Es necesario en la planificación y administración de la salud, donde se deben establecer los programas y políticas más eficientes y efectivos, para continuar con los programas regulares y lo que demanda la emergencia. La necesidad de una revisión crítica y evaluación de los problemas epidemiológicos y clínicos es impostergable.