La pandemia llegó y Dios sabe por cuánto tiempo y cuáles serán sus efectos. Llega un momento en el que todos tenemos una responsabilidad y en el que no podemos dar rienda suelta a instintos y menos a esa especie de costumbre nacional de andar viendo cómo le jugamos la vuelta a la ley y a las elementales reglas de la convivencia social. Ahora hay que seguir instrucciones y hacerlo en forma precisa y dependemos de un gobierno que tiene que ganarse y afianzar la credibilidad con base en la forma en que enfrente la realidad, sin tapujos ni actos teatrales preconcebidos como show. No estamos para ese tipo de juegos ni para seguir enfrascados en estériles enfrentamientos porque si en algún momento es indispensable que actuemos unidos es ahora.
Para asegurar su credibilidad de manera que pueda ser guía efectiva de la población, el gobierno tiene que informar de manera veraz y constante con base en hechos. Tanto al notificar del “primer caso” como al informar de la primera muerte, hubo incongruencias que atentan contra el sentido común y eso no puede ocurrir más porque si las versiones oficiales tienen agujeros se lastima y pierde la credibilidad. Creo que el Presidente debe ser el gran comunicador, ahora sí, pero no para decir lo que se le ocurre en sus intervenciones sino para trasladar a la población la sensación de que estamos en buenas manos y que saben lo que están haciendo.
Hoy se clausuró una maquila en San Juan Sacatepéquez luego de la primera muerte. Y eso que el ministro informó que todos los que tuvieron contacto con el fallecido estaban en cuarentena, no obstante que el pasajero vino el 6 de marzo y para entonces nadie era puesto en cuarentena y en el aeropuerto el control se limitaba a tomar la temperatura de los pasajeros. Evidentemente no cuadra la información con lo que estaba ocurriendo en esas primeras fechas de este mes y ese tipo de incongruencias atentan contra el sentido común de la gente. Decir exactamente lo que pasó aumenta la credibilidad y en este caso reconocer que no hubo control no es pecado si se combina con el anuncio de que ahora deberán ser más estrictos los controles. Recordemos que el Presidente, en la teatral forma de anunciar el primer caso, mencionó que había venido en Aeroméxico, lo que debe haber causado alarma a los que sí vinieron en ese vuelo. Horas después rectificó y tuvo que decir que el pasajero había venido ruta Madrid-Bogotá-San Salvador, misma que cubre Avianca.
En el ánimo de la más constructiva crítica que se puede hacer, es fundamental tener cuidado en las comunicaciones y en los detalles para ser absolutamente precisos porque de ello dependerá todo, ya que es el gobierno el llamado a dirigir a la población en esta crisis. Asumimos que no hay mala fe en esos errores, pero el cuidado extremo con la precisión de las informaciones es fundamental por el tema de la credibilidad que es indispensable.
La Hora, como ya dijimos desde antes de la calamidad, ofrece su espacio sin costo alguno para difundir los mensajes oficiales y mantendremos nuestra campaña de solidaridad y unidad en estos difíciles momentos que nos toca vivir.