Alfonso Mata

alfmata@hotmail.com

Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.

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Alfonso Mata

Una epidemia o pandemia global es una enfermedad que se propaga no solo dentro de una ciudad o país, sino alrededor del mundo y afecta a muchas personas

El creciente número de pandemias virales, es producto el aumento de los contactos entre personas y animales y persona a persona. Pero no podemos descartar el efecto que tiene el cambio climático, la deforestación, la producción de todo tipo de desechos y destrucción de hábitat de muchos portadores animales de virus o su desaparecimiento, con el paso del virus a otras especies.

Y por qué menos muertes. Veamos ejemplos. La famosa gripe española en la década de 1918-1920 mató al menos a 50 millones de personas, alrededor del 3% de la población mundial en ese momento. En total, alrededor de 500 millones estaban enfermos, es decir, un tercio de los habitantes del mundo. La muerte negra, que también es una epidemia de la peste bubónica, mató del 30 al 50% de la población europea en 1347-1351 y en todo el mundo murieron alrededor de 100 millones de personas, se estima una cuarta parte de todas las personas que vivían en ese momento. La plaga de Justiniano, que comenzó en 542, probablemente cobró alrededor de 100 millones de vidas. El H1N1/09 pandémico unas 500 mil. Hay varias razones por las cuales todas estas enfermedades no matan la mitad del mundo, o incluso a todas las personas, veamos algunas.

En primer lugar, a pesar del contagio tan grande y a todos y todas las edades las epidemias por virus siempre tienen cierta selectividad, por ejemplo, las personas ya debilitadas por algo: edad, otra enfermedad, desnutrición. Algunas veces por el contrario mata a jóvenes, otra a viejos y otras a niños. Algunas personas son completamente resistentes a la infección, debido al hecho de que sus células portan un tipo especial de algo que impide al virus actuar, reproducirse, o dañar o todo eso.

En segundo lugar, a medida que las personas enfermas mueren, aumenta el porcentaje de personas que son más resistentes a la enfermedad, lo que reduce las posibilidades de propagación del virus mortal y hace que menos mueran, aunque el sobreviva. Una disminución en la densidad de población al momento en que aparece también contribuye a esto y por eso no solo se debe tratar de aislar sino de separar a la gente contaminada del no contaminado y enterrar los cadáveres.

En otro orden de observación, sí el virus mata a casi todos los infectados, no tienen tiempo para transmitirlo a otras personas, y la cadena de propagación se rompe. Es posible que algo así sucediera durante numerosas epidemias del virus del Ébola, cuya tasa de mortalidad de algunas cepas alcanzó al 90% de infectados.

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