Por JOCELYN NOVECK
NUEVA YORK
Agencia (AP)
Vera Wang es un nombre grande en las alfombras rojas, y en el negocio de los vestidos de novia. Pero para la Semana de la Moda de Nueva York, la diseñadora estadounidense quería hacer algo completamente diferente.
Wang creó un concepto que califica como una amalgama nocturna, y con eso se refiere literalmente a descomponer prendas tradicionales de ropa para lograr un nuevo tipo de atuendo para la noche.
«Era muy importante para mí poder explorar la noche en un contexto completamente diferente, y pienso que con esta colección particular encontré una manera más juvenil y extravagante de ver la noche», dijo Wang en una entrevista entre bambalinas tras su desfile del martes por la noche.
«No tenían que ser vestidos, y no tenían que estar construidos hasta el punto de que implicara formalidad», agregó. «También podría verse como informal, cautivador e ingenioso y obsceno y fácil».
Wang presentó su show en la histórica James B. Duke House en la Quinta Avenida de Manhattan, una mansión de principios del siglo XX que estaba en la llamada Millionaire’s Row (Fila de los Millonarios) que ahora alberga al Instituto de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York. El primer atuendo en la pasarela: una larga camiseta negra de chifón de seda con tiras asimétricas, sobre unos pantalones cortos negros. La misma camiseta también vino en amarillo neón y lavanda y más tarde en un rojo brillante, un toque de color raro para Wang. También hubo vestidos con volantes de tul y blusas en tonos de verde, amarillo, arena o gris.
Pero no todo fue de tul ligero: hubo imponentes arneses de cuero con tirantes gruesos, y un par de cuellos en imitación de piel que parecían collarines.
Aunque las modelos de Wang lucieron pantalones cortísimos, la diseñadora señaló que sus atrevidas camisetas podrían usarse de un modo menos arriesgado: sobre una falda larga, quizás.
Wang destacó que no había hecho una colección principalmente para la noche en más de 10 años. «Este es un paso muy grande para mí», dijo. «Para mí realmente se trató de encontrar un nuevo vocabulario, una nueva actitud, no sólo para eventos masivos (como los Oscar), sino también para las mujeres en sus vidas diarias, cómo viven y cómo se mueven».