Por Msc. Rolando Alfaro Arellano
El drama del migrante, no es actual, lamentablemente en la República de Guatemala, la constante inestabilidad política y la ambición desmedida de los politiqueros, entiéndase que muchos de los últimamente citados, en su mayoría, no poseen formación política universitaria, salvo uno que otro, ni mucho menos formación académica, resulta ser lo que en las elecciones electorales no se eligen a los más preparados, para guiar a la población en su constante deseo de prosperar.
Por otra parte, para reforzar lo antes señalado, es que no se animan las autoridades a buscar lo que la legislación, propiamente constitucional nos recomienda, y, en consecuencia, comienzan las discusiones que nada resuelven y mantienen a los habitantes nacionales en un desconcierto que hace que se equivoquen en sus obligaciones de orientar a nuestros conciudadanos.
Por ello, resulta de urgencia nacional la existencia de la Cámara Alta del Parlamento que sea conformada por profesionales que comprendan la necesidad de mejorar el atraso en el que nos encontramos. Pero, quien escribe en esta columna de familia eminentemente profesional es que escribo estas líneas.
Ejemplos existen muchos, pero se podrían citar los dignos nombres del fundador de La Hora, Tribuna no mostrador, Clemente Marroquín Rojas, Oscar Marroquín, del Doctor Ramiro H. Alfaro Escobedo, Federico Carbonell, y muchos ciudadanos más.
Los que tienen algún interés en este tema, bien podrían leer los Diarios de Sesiones del Congreso de la República.
En consecuencia, el pueblo de Guatemala sufre por la falta de hospitales, cárceles acordes con el crecimiento de la criminalidad, y un etcétera infinito.
A lo anterior se viene a multiplicar con la pobreza, desempleo, crímenes, policía insuficiente, patrullas fronterizas que defiendan el territorio nacional. Policía motorizada convenientemente y muchos más.
Resulta imposible, para las nuevas autoridades, si no lo hacen luego, el tener que enfrentar la problemática descrita si se carece de los profesionales e investigadores científicos para enfrentar lo antes relacionado.
Finalmente, los congresistas actuales deberían poner atención a lo que se les está sugiriendo y mejorar la emisión de nuevas leyes, de lo contrario, los habitantes del territorio nacional tendremos que soportar el atraso en el que a la fecha se nos mantiene.
Obras son amores y no buenas razones. Y, no olvidemos, Guatemala es primero y sin ese fervor patrio, no llegaremos a ningún lugar, con cada cambio inútil en el que nos mantenga.