Raúl Molina

Las propuestas de Giammattei para reformar el Sistema Penal, que se basan en el criterio del castigo y no de la reforma de las y los delincuentes, nos retrocede al período de la dictadura de Ubico. El trabajo forzado de los presidiarios refleja el “boleto de vialidad” del dictador y retrocede la aplicación de la ley a condiciones superadas hace muchas décadas. Dentro de esa visión punitiva se puede entender la promesa del candidato, hoy mandatario, de negar las visitas conyugales a las personas en prisión. Más preocupante es la forma irresponsable y trivial con que se utiliza el término “terrorista” para las maras. En EE. UU., en donde surgieron las pandillas juveniles que sirvieron de modelo para las maras, jamás se ha intentado señalar de terroristas a sus integrantes, distinguiéndolos de quienes perpetran masacres con fines políticos. Sólo Trump ha dicho que las maras centroamericanas en ese país son “terroristas”, lo cual no ha sido avalado por su Sistema Judicial. La derecha extrema de Guatemala considera que los derechos humanos significan un obstáculo para sus intereses; el Congreso actual debería oponerse y rechazar la propuesta. Es otra la solución adecuada a los problemas de inseguridad ciudadana que, ciertamente, sufre el país.

En términos generales, la Humanidad ha avanzado desde la Segunda Guerra Mundial y en ese desarrollo ha jugado vital papel la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada en 1948 y ratificada en su universalidad en 1993. Con el fortalecimiento de la derecha extrema en Europa y EE. UU., ésta ha intentado y se propone dar marcha atrás al reloj de la historia. El ataque más directo contra la doctrina de derechos humanos lo hizo Bush Jr. en EE. UU., al responder a los ataques terroristas de 2001 con su “guerra contra el terrorismo”. Se basó en la negación de derechos y sin juicio a quienes fuesen sospechosos de intentar actos terroristas. Despojados de sus derechos, se pretendía que podían ser ejecutados extrajudicialmente, desaparecidos, puestos en cárceles clandestinas y ser sometidos a tortura. La comunidad internacional se ha resistido a validar el retorno a la barbarie, aunque en la práctica, EE. UU. se mofa de ella con sus cárceles especiales, como en Guantánamo, y cárceles clandestinas en otras partes del mundo, así como con su reciente asesinato de un alto oficial del ejército iraní por medio de dron.

Es un intento de revertir los avances de la Humanidad la propuesta reciente de Trump para resolver el conflicto en el Oriente Medio, que es aplaudida por los israelíes y rechazada por los palestinos, ya que rompe con el principio contenido en la Carta de las Naciones Unidas de que no se puede adquirir territorio mediante el uso de la fuerza. De tolerarse el despojo de territorios árabes se abriría la puerta para que los imperios se apropiaran de tierras por la fuerza. Es una acción semejante a la realizada por Hitler, al invadir naciones europeas con su poderío bélico, que llevó a la Segunda Guerra Mundial y al Holocausto. La derecha extrema debe ser enfrentada, políticamente, por la derecha democrática, el centro y la izquierda.

Raul Molina Mejía

rmolina20@hotmail.com

Nació el 20/02/43. Decano de Ingeniería y Rector en funciones de USAC. Cofundador de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) en 1982. Candidato a alcalde de la capital en 1999. Profesor universitario en Nueva York y la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Directivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

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