Por NICOLE WINFIELD
CIUDAD DEL VATICANO
Agencia AP
Las autoridades italianas investigan a nueve sacerdotes y miembros de una congregación católica disuelta recientemente por el Vaticano, luego de que el obispo de la ciudad de Prato, Giovanni Nerbini, presentó una denuncia ante la policía de posible abuso sexual contra dos hermanos.
En conferencia de prensa, el obispo precisó hoy que los fiscales penales locales iniciaron la pesquisa contra miembros de la congregación Discípulos de la Anunciación. Prometió la cooperación de la Iglesia con la investigación.
La Iglesia italiana apenas ha comenzado a considerar el problema del abuso del clero después de años de encubrirlo y negar que fuera un problema. La conferencia de prensa de Nerbini fue inusual. Indica que los obispos italianos han comenzado a lidiar con el escándalo de abuso sexual de manera más transparente y activa, denunciando casos a la policía.
En diciembre, el Vaticano disolvió oficialmente a los Discípulos, una asociación de fieles con sede en Prato y aprobada por la diócesis, después de que dos investigaciones sucesivas del Vaticano descubrieron una serie de problemas y de que varios miembros huyeron del grupo.
El Vaticano ha suspendido o a tomado el control de varias de estas nuevas asociaciones y movimientos católicos en los últimos años después de que surgieron denuncias de irregularidades, incluso el abuso sexual y el abuso de autoridad por parte de sus líderes, a menudo carismáticos.
El diario de Prato La Nazione dijo que los nueve investigados por abuso sexual incluían tres sacerdotes de la orden religiosa, otros cinco sacerdotes y un hermano.
En Italia, los clérigos no tienen la obligación de denunciar el abuso sexual contra menores de edad. Las víctimas han exigido desde hace mucho tiempo que la jerarquía católica italiana obligue a los obispos y superiores religiosos a denunciar sospechas de abuso a la policía, incluso sin el requisito legal.
La diócesis de Prato publicó un comunicado de prensa señalando que Nerbini por sí solo llevó el caso a las autoridades de Prato en diciembre. Su predecesor no lo había hecho cuando recibió la queja de la víctima en junio, informándola solo al Vaticano, como lo exige la ley canónica interna de la Iglesia católica.
También se está llevando a cabo una investigación canónica, dijo Nerbini.