Chong Ging Lee Duarte médico y cirujano por la Facultad de Medicina de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Nació en el municipio de Livingston, Izabal. Gusta de la poesía rimada: sonetos y décimas, pero no se aparta de los cuentos y los versos libres. Retorno al amor, es uno de sus poemarios.

Lo que nos une

Desnuda de mi presencia
sentirás el terrible frío
de la soledad,
entonces, construirás un puente
entre tu recuerdo
y mi recuerdo
y me abrigarás
infinitamente entera.

Buscarás el beso ausente
que cerró para siempre,
el nacimiento de nuestro hijo,
desde entonces.

Te crecerán raíces de lluvia
en tu mirada perdida
y el río que irrigó
mis manos sedientas de tu amor,
correrá en mi carne
desgarrando de ti.

Como un manantial desvanecido,
irás arrancando desde lo invisible
los pasos inocentes de un niño
que nos une en la distancia
sin haber nacido nunca.

Punto y coma
Que discusión
más terca
hemos tenido
toda la vida, amada,
tú, defendiendo la Coma
y yo, el punto.

Tú, dijiste coma y seguiste
con la misma cantaleta,
por más que te dije punto,
seguiste leyendo nuestra vida
con tus comas y mis puntos.
Arbitrariamente, sin orden,
ni son ni tón,
con perdón del señorón
de la Real Academia Española.

Tú, dices coma, coma y coma,
y yo, digo punto, punto y punto.
¡Vaya! Cosas las del amor.

Tú, dirás algún día
punto y coma
y yo, al fin te diré
punto y coma.

I
Deja de lamentar tu cruenta pena
y olvida la tristeza en el camino,
deja la superstición del destino
y camina con actitud serena.

La existencia de la alegría está llena
y el amor brota como dulce vino,
deja de ser triste peregrino,
¡Goza la embriaguez de la risa plena!

No vivas el presente del pasado.
es hoy el reto a la nueva aventura
donde está todo lo que se ha deseado.

Desata el coraje de tu bravura
y vuela sobre el lodo que has dejado
para alcanzar tu verdadera altura.

XI

Hay espíritus que al fragor del combate
pierden la luz de su viril coraje
pues se escudan en cobardes excusas
abandonando el campo de batalla.

Pero hay almas hechas para la lucha
que frente a los peligros de la muerte,
su corazón se crece de entusiasmo
y atacan con indómito valor.

Su esencia hecha para las tempestades
y las grandes batallas de la vida,
jamás la rendición ha conocido.

Pues, al ánimo que vive en la cima,
nunca se ha arrastrado en la vil derrota
y dentro del fango, sin mancha, ¡brilla!

Los mares de tu carne

Cuantas noches
me recosté en tus brazos,
sintiéndola frescura
de tu piel
y el rumor poderoso
de tu vino
que bajaba desde tus tiernas
uvas.

Cuantos viajes
realicé en tus montañas,
llevando en mis alforjas
las semillas,
en las que un día
pretendí nacer,
dentro del océano
de tu carne intacta.

Cuantos sueños
borrados por tu ausencia
volverán al cause
de la alegría.
si ya la siembra se secó
en la espera
y tu olvido borró
toda esperanza.

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