POR MARIELA CASTAÑÓN
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La Fiscalía contra Delitos Administrativos del Ministerio Público (MP) investigará la posible comisión de delitos por la fiesta que se realizó el pasado lunes en los sectores 11A y 11B del Centro de Detención Preventiva para Hombres de la zona 18, donde se encuentran recluidos miembros del “Barrio 18”.
Julia Barrera, portavoz del MP, explicó que se abrió “de oficio” un expediente por estos hechos, para determinar si se incurrió en los delitos de abuso de autoridad e incumplimiento de deberes.
De acuerdo con Barrera, la intención es “investigar el hecho ante la posible comisión de delitos”.
La Hora consultó a Barrera si el ente investigador recibió alguna denuncia por parte de la Dirección General del Sistema Penitenciario (DGSP) y respondió que aún no.
Ayer, Carlos Morales, del área de Comunicación Social del Sistema Penitenciario (SP), anunció que se interpondría una denuncia ante el MP para deducir responsabilidades, además había una investigación interna de la Inspectoría General (IG) de la DGSP.
FIESTA EN EL PREVENTIVO
El pasado lunes, más de 200 personas, según la cuantificación de la Policía Nacional Civil (PNC) y del SP, pernoctaron en los sectores 11A y 11B del Centro Preventivo para Hombres de la zona 18, donde están recluidos 536 miembros del Barrio 18.
Los lunes los reos del Sector 11 tienen visita, sus familiares no quisieron salir en el horario establecido, a las 4 de la tarde.
De acuerdo con el SP, se intentó dialogar con las familias de los pandilleros, pero no lograron ningún resultado. En esa diligencia intervino personal del Sistema Penitenciario y en prevención las Fuerzas Especiales Policiales (FEP) de la Policía Nacional Civil (PNC).
Además, se presentaron delegados de la Procuraduría General de la Nación (PGN) y de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), según el SP, sin embargo no lograron persuadir a los visitantes.
Ayer por la mañana fueron observadas cuando abandonaban la cárcel, esposas, madres e hijos de los pandilleros.
La Hora intentó entrevistar a las personas que salían de la prisión, pero prefirieron no pronunciarse al respecto.
Por otro lado, guardias penitenciarios dijeron que no pudieron intervenir por “temor”, ya que los pandilleros los superaban en cantidad, aunado a que sospechaban que tenían objetos ilícitos, con los cuales podrían arremeter en su contra.
Las autoridades de ese penal y de la DGSP no se pronunciaron por lo sucedido, únicamente se fijó una postura de la Coordinación de Comunicación Social de Presidios.
El MP establecerá si existió responsabilidad de alguna autoridad en específico, que permitió la fiesta y la permanencia de las visitas en esa cárcel.