Jennifer Lee, cuya familia es propietaria de la tienda de zapatos Footprint en San Francisco, observa un zapato tenis junto a una pared llena de ellos, muchos de los cuales son fabricados en China y estarán sujetos a nuevos aranceles estadounidenses a partir del 1 de septiembre. Foto La Hora: AP/Terry Chea
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Por PAUL WISEMAN y ANNE D’INNOCENZIO
WASHINGTON
Agencia AP

La guerra comercial del presidente Donald Trump con China, que hasta ahora era principalmente una idea abstracta para los consumidores estadounidenses, está a punto de afectarlos.

A partir del domingo, el gobierno estadounidense aplicará aranceles del 15% a 112 mil millones de dólares en importaciones chinas, las cuales incluyen artículos que van desde relojes inteligentes y televisores hasta zapatos, pañales, equipos deportivos y productos lácteos y cárnicos. Por primera vez desde que Trump inició su guerra comercial, los estadounidenses enfrentan la posibilidad de aumentos de precios porque muchas compañías de Estados Unidos dicen que se verán obligadas a transferirles a los consumidores los incrementos que pagarán para adquirir bienes chinos.

Durante más de un año, las dos mayores economías del mundo han estado enfrascadas en un duelo de aranceles.

Ambas partes han sostenido conversaciones periódicas en las que aparentemente se ha logrado poco a pesar de destellos de posibles avances sustanciales. Mientras tanto, han impuesto aranceles recíprocos sobre miles de millones de productos, en una desavenencia en torno a lo que los analistas dicen son las estrategias depredadoras de Beijing en su intención por convertirse en la máxima superpotencia en alta tecnología.

Hasta ahora los consumidores estadounidenses no han sentido las consecuencias de todo ello: el gobierno de Trump había dejado a la mayoría de los productos de uso diario en el hogar fuera de la lista de aranceles (que hasta la fecha incluye productos chinos por 250 mil millones de dólares) y se enfocó en los productos industriales.

Pero eso está a punto de cambiar. Cuando los nuevos aranceles de Trump entren en vigencia el domingo a las 12:01 de la madrugada, el 69% de los bienes de consumo que los estadounidenses adquieren de China enfrentarán impuestos de importación, en comparación con el 29% actual.

Y eso no es todo. El 15 de diciembre comenzarán a aplicarse aranceles más elevados a otra serie de productos chinos valorados en 160 mil millones de dólares. Para entonces, aproximadamente el 99% de los bienes de consumo fabricados en China importados a Estados Unidos estarán pagando aranceles, según cálculos de Chad Bown, del Instituto Peterson para la Economía Internacional.

En total, la guerra comercial de Trump habrá incrementado el arancel promedio a las importaciones chinas del 3,1% en 2017, antes de que comenzaran las hostilidades, a 24,3%.

“El punto fundamental es que, por primera vez, la guerra comercial de Trump probablemente provocará un incremento directo en los precios de muchos artículos para el hogar de precio accesible como ropa, zapatos, juguetes y artículos electrónicos para el consumidor”, escribió Brown en un informe.

Durante meses, Trump _que hizo la famosa frase de que las guerras comerciales son “fáciles de ganar”_ afirmó falsamente que China era la que pagaba los aranceles y que éstos no afectaban en nada a los estadounidenses. De hecho, los importadores en Estados Unidos pagan los aranceles. Ahora tendrán que tomar una decisión muy riesgosa: absorber ellos el incremento en los costos y aceptar ganancias menores, o pasarle el alza en los precios a sus clientes y arriesgarse a perderlos.

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