Juan Antonio Mazariegos

jamazar@alegalis.com

Abogado y Notario por la Universidad Rafael Landívar, posee una Maestría en Administración de Empresas (MBA) por la Pontificia Universidad Católica de Chile y un Postgrado en Derecho Penal por la Universidad del Istmo. Ha sido profesor universitario de la Facultad de Derecho de la Universidad Rafael Landívar en donde ha impartido los cursos de Derecho Procesal Civil y Laboratorio de Derecho Procesal Civil. Ha sido y es fundador, accionista, directo y/o representante de diversas empresas mercantiles, así como Mandatario de diversas compañías nacionales y extranjeras. Es Fundador de la firma de Abogados Alegalis, con oficinas en Guatemala y Hong Kong, columnista del Diario La Hora y Maratonista.

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Juan Antonio Mazariegos G.

Luego de una campaña totalmente descafeinada, el pasado domingo 11 de agosto acudimos a las urnas en el balotaje establecido para ese día, para elegir entre las opciones que ofrecían, Sandra Torres y Alejandro Giammattei, nuevamente como 4 años antes, acudimos más impulsados por el temor que despertaba un hipotético Gobierno de Torres (como en su momento lo hizo la candidatura de Baldizón) que por las bondades o atractivo que pudiera generar la propuesta de Giammattei (o en su momento la de Jimmy Morales), demostramos un interés de última hora por evitar un mal mayor, interés que tarde o temprano, en alguna elección futura, no será suficiente o sostenible y acabaremos con un gobierno populista que como se ha visto en otros países de Latinoamérica, llegan para quedarse mucho más tiempo que para el que fueron elegidos y con consecuencias terribles para sus pueblos y economías.

Guatemala es un país privilegiado, nuestra posición geográfica, una multiculturalidad como pocas, los diferentes microclimas con los que contamos, la riqueza de nuestra tierra y el empuje y trabajo del guatemalteco que sabe salir adelante nos da un potencial y oportunidades con los que otras naciones simplemente no cuentan. Nuestro gran reto está en generar riqueza y desarrollo y que esa riqueza y ese desarrollo lleguen a todos los guatemaltecos, si no somos capaces de entenderlo, una elección futura nos pasará factura y nos enseñará a fuerza de votos que hemos perdido la oportunidad y probablemente el país en manos de alguien que llegue ofreciendo cualquier tipo de oportunidad a los que hoy no cuentan con ninguna.

Los ámbitos en los que los próximos cuatro años puede depositar su genuino interés por construir un mejor país son muchos, participe en una formación política u organice una; denuncie o promueva el cambio de las leyes electorales actuales; infórmese sobre lo que acontece en el Congreso y en el organismo Ejecutivo, exija, apoye aquello que considere positivo para el país y denuncie u opóngase a las cosas que considere que son erradas o tienen un interés particular de por medio; cumpla como ciudadano y pague sus impuestos; busque cómo llevar los beneficios que usted pueda generar a quienes no los tengan; de nada sirve que se queje dentro de cuatro años si no hizo nada por cambiar su destino.

El 14 de enero inicia un nuevo gobierno, no conozco nada malo al día de hoy de Alejandro Giammattei o de su vicepresidente Guillermo Castillo, no me dejaré llevar por campañas negras, calumnias o chismes sin pruebas. Desde mi punto de vista ellos inician con la cuenta en cero, tienen la enorme oportunidad de ser los portadores de la ilusión de muchas personas que creen que un cambio es posible, ojalá como lo han manifestado quieran hacer las cosas bien, necesitamos que algo así ocurra. Sin embargo, usted no se quede esperando a que le den la papa pelada, muestre algún tipo de interés constante por su país y haga algo más que salir a votar en contra de alguien dentro de cuatro años.

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