Carlos Interiano
Escritor
Seguiremos con mucha atención los acontecimientos que rodean a la máxima distinción nacional en el campo de la literatura.
Hace un tiempo escribí que Gustavo Bracamonte es uno de los poetas más sobresalientes de Guatemala. Con una robusta producción que rebasa los 30 libros de poesía, posee el don de la palabra estética, del cual carecen, por cierto, algunos que se dicen consagrados, por más que aparezcan en presentaciones públicas y en cocteles sociales.
Aquellos conceptos vertidos sobre mi amigo Bracamonte, adquieren mucho sentido en este momento en que el capítulo Guatemala de la asociación internacional denominada Poetas, Ensayistas y Narradores –PEN– lo ha propuesto al Ministerio de Cultura para que le sea otorgado el Premio Nacional de Literatura “Miguel Ángel Asturias” y los cuales reitero una vez más en este espacio de opinión.
No cabe duda que al PEN se sumarán otras instituciones de gran prestigio, tales como la Universidad de San Carlos de Guatemala y más específicamente la Escuela de Ciencias de la Comunicación y el grupo cultural chiquimulteco Zanates y Clarineros.
En aquella ocasión escribía respecto a Gustavo, lo siguiente: “Conozco al poeta Gustavo Bracamonte hace casi medio siglo. Arropados en el regazo de nuestro querido Instituto Normal para Varones de Oriente, Chiquimula, escribíamos y publicábamos poesía en el periódico del colegio. Éramos muy jóvenes entonces. Él promoción 72, yo, promoción 73”.
A la vigorosa producción literaria del poeta se suman los títulos siguientes, próximos a ser presentados: Disección de cuerpos y Esperando la lluvia. Ambos poemarios plantean la existencia misma del ser humano, y, en este caso, del mismo autor. “Los besos toman la extraña tarde/ para descomponerse en animales rústicos/ en la ternura solitaria”, reza uno de los hermosos poemas. No es menos impactante este fragmento: “Te miro a los ojos porque deseo estar en ti, /hurgando cada espacio de tu lugar más apartado/ de la civilización, volver al mundo/ con el equilibrio más enumerado por tu memoria/ sin que nos perjudique acrecentar un palmo/ de lo humano que escondías/ en una fracción del pensamiento”.
De la vasta producción poética de Gustavo pueden citarse los siguientes libros: El recurso de la mirada, Mujer de piel blanca, Pájaro del atardecer, Tratado del deseo, País desnudo, Concupiscente, Cuarto oscuro, Poemas de invierno, Poemas de la plaza, Ventanas, Sodoma e Instrucciones para morir. Cada uno de estos textos tiene luz propia y alude a temas de diversa gama.
Seguiremos con mucha atención los acontecimientos que rodean a la máxima distinción nacional en el campo de la literatura, la cual se ha conferido a muchos intelectuales de gran valía. En este caso, no dudamos que si la presea recae en la persona de Gustavo, el comité organizador y el jurado responsable de analizar minuciosamente la producción literaria de los candidatos, habrán hecho una labor extraordinaria. Esperamos que así sea.