POR ANNE D’INNOCENZIO/AP
NUEVA YORK
Como la mayoría de las cadenas minoristas, Walmart está habituada a los hurtos pequeños como suceso cotidiano. Ahora enfrenta una amenaza mayor: los agresores armados.
Tres días después de que un hombre abrió fuego en una de sus tiendas en El Paso, Texas, y mató al menos a 22 personas, la empresa debe encontrar la manera de tranquilizar a sus empleados y clientes.
Los crímenes violentos no son una novedad en las tiendas Walmart: hace menos de una semana, en Mississippi, un empleado descontento mató a dos colegas e hirió a un policía. A principios de noviembre de 2017, un hombre armado mató a tres clientes en un Walmart en Colorado.
La matanza de El Paso fue la mayor en la historia de la empresa, dijo el vocero de Walmart, Randy Hargrove. Entre las víctimas fatales no hubo empleados, pero dos se recuperan de sus heridas.
«Ninguna tienda minorista está a salvo de un acto violento», dijo Hargrove. «Por eso tomamos muy en serio el entrenamiento».
El vicepresidente para prevención de pérdidas de la Federación Nacional de Minoristas de Estados Unidos, Robert Moraca, dijo que recibió muchas llamadas de minoristas de todo el país durante el fin de semana, muchos de los cuales querían revisar sus protocolos de seguridad.
«Naturalmente, tenemos una mayor conciencia de la seguridad», dijo. Destacó que la mayoría de los minoristas capacitan a sus empleados para responder a situaciones de tiroteo para que no haya «muchas reacciones instintivas» indeseables.
Walmart lanzó su programa informático de entrenamiento de todos sus empleados en 2015 y dos años después dispuso que se repita cada trimestre en lugar de una vez al año. El mes pasado empezó a incorporar la tecnología de realidad virtual en su entrenamiento.
El entrenamiento tiene tres pilares: evitar el peligro, mantener distancia y por último defenderse.
En localidades de alta criminalidad, Walmart contrata a policías fuera de servicio para patrullar las zonas de estacionamiento, dijo Hargrove.
Sin embargo, sus esfuerzos se concentran principalmente en reprimir los hurtos, lo que incluye apostar más gente desarmada para recibir a los clientes. Hargrove destacó que Walmart está revisando sus protocolos, como sucede después de cualquier suceso catastrófico.