NUEVA YORK
Agencia dpa / (Europa Press)
La cotización del yuan respecto del dólar se debilitaba hoy a mínimos de los últimos once años, hasta superar la barrera de los siete yuanes por cada “billete verde”, algo que no había sucedido desde mayo de 2008, después que el Banco Popular de China haya relacionado los vaivenes de la moneda del gigante asiático al impacto de las medidas proteccionistas de EE. UU., lo que ha desatado las iras del presidente estadounidense, Donald Trump, quien no ha dudado en calificar de «manipulación» el desplome de la moneda china.
«China bajó el precio de su moneda a un mínimo histórico. Se llama «manipulación monetaria». ¿Estás escuchando Reserva Federal? ¡Esto es una violación importante que debilitará en gran medida a China con el tiempo!», ha afirmado el presidente estadounidense en su cuenta oficial en la red social Twitter.
El hundimiento de la moneda china frente al dólar se produce apenas unos días después que el inquilino de la Casa Blanca amenazase a Pekín con imponer aranceles adicionales del 10% a 300,000 millones de dólares (270,582 millones de euros) de productos chinos a partir del 1 de septiembre.
En respuesta, el Banco Popular de China (BPC) fijaba un punto medio en la horquilla de cambio del yuan en el mercado continental chino de 6.9225 yuanes por dólar, el canje más débil desde diciembre de 2018, tras lo que la cotización de la moneda china ha caído hasta los 7.0501 yuanes por dólar, un 2,2% por debajo del cruce registrado en la sesión anterior y el peor cambio de la moneda china desde mayo de 2008.
«Nosotros, como la mayoría del consenso, hemos sido reacios a pronosticar una cifra por encima de 7 para el cruce dólar/yuan, al menos mientras las negociaciones comerciales estaban en curso, suponiendo que esto conduciría inmediatamente al colapso de las mismas», ha reconocido Robert Carnell, economista jefe y responsable de investigación para Asia Pacífico de ING.
«Probablemente sea justo suponer que la medida de hoy fue una decisión deliberada, y parte de lo que imaginamos será una serie concertada de pasos destinados a echar atrás los últimos aranceles estadounidenses», ha añadido el experto en referencia a que las autoridades chinas ya no ven la necesidad de limitar las herramientas a su disposición y «la divisa ahora también se considera parte del arsenal».
No obstante, el analista de ING se muestra prudente y subraya la necesidad de tomarse tiempo «antes de concluir si se trata de un gesto de desafío o del comienzo de un movimiento monetario concertado».
Por su parte, Bart Hordijk, analista de Monex Europe, considera que el yuan continuará debilitándose, pero de una manera controlada y gradual, añadiendo que una moneda excesivamente inestable, a pesar del beneficio que pudiera repercutir sobre las exportaciones, puede provocar fugas de capital como las registradas en China entre 2015 y 2016, además de complicar la apertura del mercado chino de bonos a inversores extranjeros.
Asimismo, Hordijk señala, como lo demuestra la actual guerra comercial con EE. UU., que la economía china depende mucho del sector manufacturero y un yuan continuamente más débil erosiona la transición hacia una economía más sustentada por el consumo, porque mantiene la naturaleza competitiva de las exportaciones pero erosiona el poder adquisitivo de los consumidores chinos ya que muchos bienes de consumo de alta calidad continúan siendo importados.
Por otro lado, el experto expresa su confianza en que un mayor debilitamiento del yuan será gradual, «ya que parece el mejor compromiso entre la advertencia a los EE. UU. de que están dispuestos a utilizar todos los medios para defenderse, mientras que también se cumplen los objetivos estratégicos a largo plazo».