Francisco Cáceres Barrios
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La anterior me lo dijo a primera hora hábil del sábado anterior, a viva voz un joven y próspero empresario que conozco desde hace un par de años, sosteniendo con la mano derecha un ejemplar de un medio de comunicación impreso, cuando pasaba frente a su negocio, instalado en la esquina de la calle en donde tengo mi oficina. Y siguió diciendo –yo no tengo estudios universitarios ni cosas que se parezcan, pero tengo dos dedos de frente, así que el gobierno de Jimmy Morales no me va a dar atol con el dedo sin darle pelea, refiriéndose al titular en donde se leía con letras negras de buen tamaño: “Este es el acuerdo firmado entre EUA y Guatemala”, pues nuestro país no es seguro ni para nosotros mismos, no digamos para los migrantes.
No vayan a creer los estimados lectores que se trata de un destacado miembro de una cámara empresarial o de un banquero de aquellos que se les nota por encima del traje su roce con gente de mucho pisto, sino es un humilde pero exitoso “shuquero”, dueño de una envidiable clientela por la calidad de sus productos, quien empezó solo y ahora se hace acompañar de su esposa para servirles mejor pero que, trabajando de sol a sol, han padecido lo indecible por la carencia de seguridad que en el período de Morales tanto se ha acrecentado. Es entonces la opinión de un miembro humilde de la millonaria población frustrada por el cúmulo de sus fracasos, pero tan valedera como la que provenga de los círculos diplomáticos o politiqueros quienes hartos hasta el copete, están dispuestos a dejar hasta la vida por evitar caer en la debacle que intenta dejarnos heredada el comediante que también se ufana de haber sido exitoso.
–Es indignante lo que está haciendo, sigue diciendo el empresario, porque le está ofreciendo a extraños nuestro país cuando aquí no hay trabajo, no hay facilidades, no hay oportunidades, a todos consta que nos es sumamente difícil encontrar bienestar, mucho menos que el Estado nos pueda brindar las mínimas condiciones de salud, educación y demás facilidades para poder ganarnos la vida honradamente. Claro que su razonamiento es muy sencillo, pero muy cierto cuando dice: –como Trump no pudo hacer el muro en su país y México se lo impidió, está agarrando al nuestro de parapeto para así frenar la llegada de cientos de miles de centroamericanos que también ansían no morirse de hambre. –Ve que situación en la que nos deja, termina diciendo, debemos luchar duro para evitar quedarnos en peor desgracia de la que ya estamos.
Pues yo también digo no estar de acuerdo, como que llegó el momento de decirle a Jimmy Morales que “ya estuvo suave”, que tantas medidas inconstitucionales impulsadas por sus propios intereses no es el mejor camino para lograr nuestro desarrollo y progreso, como oportuno para recordarle que la soberanía reside en el pueblo.