Jorge Santos

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Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

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Por Jorge Santos

José Saramago en su obra llamada Ensayo sobre la Ceguera planteaba, “Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven”. Esta obra literaria del Premio Nobel de Literatura, es una de sus obras más conocidas y en la misma se hace alusión a una sociedad podrida y desencajada. Esta novela habla del profundo egoísmo que marca a nuestra sociedad actual y por lo tanto aborda el significado de la ceguera más allá de la enfermedad física, para situarla en la podredumbre, de la cual se va convirtiendo la sociedad que defiende principios y valores de orden individual que produce enormes males sociales.

Y es que efectivamente, el Estado guatemalteco, hoy sufre esa especie rara de ceguera, que aunque no es física, no permite ver y observar y nos tiene hundidos en una de las peores crisis registradas en la historia reciente del país. Luego de sanguinarias y corruptas dictaduras militares, la democracia y la pacificación no ha sido suficiente para terminar con aquellas causas que provocaron la guerra interna y que hoy nos mantienen con los peores indicadores sociales.

El capital se expande, sin importar su procedencia, y se apodera de vastos territorios en la República. Da lo mismo, si este territorio se lo apropia una empresa minera, una hidroeléctrica o si bien se instala en los territorios el crimen organizado, pues el Estado responderá de la misma manera: facilitar la expansión y la libertad del capital.

Pero otro ámbito de esa expansión, son las elecciones y ésta en particular ha sido la mejor muestra de cómo el capital y sus intereses, son capaces de imponer su lógica al costo que sea necesario. Han deslegitimado desde el año pasado el proceso electoral, sintiendo ya el grave riesgo de perder el control sobre los poderes del Estado, han estado dispuestos a romper con el proceso mismo, para retomar dicho control. De ahí que una vez pasada la primera vuelta electoral, la extrema derecha y toda la caterva de corruptos e impunes, colgados de una legítima demanda de transparencia y certeza sobre actas y otros hechos anómalos registrados en el proceso, partidos venidos a menos, como el oficial y otros de la extrema derecha, gritan fraude y hasta buscan intervenciones extranjeras con tal de garantizar sus espurios intereses.

En el teatro de la democracia diseñada por este sistema, no se permite la asunción de nuevas expresiones, efectivamente democráticas, progresistas, populares, no se permiten la posibilidad de que existan expresiones partidarias que se alejen de los designios ya marcados por la Alianza Criminal que hoy mantiene el poder. De ver atentados esos intereses, gritar fraude resultara la estrategia eficiente para retomar el control.

Ojalá y en próximas oportunidades podamos acercarnos a lo que José Saramago planteaba en su siguiente obra Ensayo sobre la Lucidez, en que las elecciones se conviertan en un escalón más alto de lucha social y popular y nos encaminemos a la Revolución Pacífica.

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