Luis Fernandez Molina

luisfer@ufm.edu

Estudios Arquitectura, Universidad de San Carlos. 1971 a 1973. Egresado Universidad Francisco Marroquín, como Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales (1979). Estudios de Maestría de Derecho Constitucional, Universidad Francisco Marroquín. Bufete Profesional Particular 1980 a la fecha. Magistrado Corte Suprema de Justicia 2004 a 2009, presidente de la Cámara de Amparos. Autor de Manual del Pequeño Contribuyente (1994), y Guía Legal del Empresario (2012) y, entre otros. Columnista del Diario La Hora, de 2001 a la fecha.

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Luis Fernández Molina

La improvisación es un ingrediente de ese viejo y amargo menjurje que nos hemos venido recentando en las cosas públicas. Por eso los procesos son incompletos, “chapuceados” en medio de las prisas y arrebatados ajustes. Las recientes elecciones son prueba de ello. Con todo, muchas deficiencias se lograron sortear gracias al positivismo de la mayoría de la población, especialmente de esos guatemaltecos de corazón que se ofrecieron para integrar las mesas electorales. Gracias. Pero debemos planificar con tiempo las elecciones del 2023. No solamente porque la Ley Electoral obliga a hacer un repaso cuando terminan unos comicios. Hay mucho más de por medio: el fortalecimiento de nuestra endeble democracia.

Contamos con tiempo suficiente para articular un andamiaje fluido que responda a las inquietudes de la población. Que dé cabida a todas las aspiraciones de diferentes sectores y se adecúe a la rica variedad del mosaico guatemalteco. Muchas lecciones se pueden tomar del proceso que ahora se encuentra en su última fase.

Son cuatro los elementos tradicionales que inciden: a) la legislación electoral; b) los partidos políticos; c) los líderes o candidatos y d) la población. A esos cuatro se debe agregar un nuevo elemento: la tecnología. La irrupción que han tenido los medios sociales en los últimos años es asombrosa. Cualquier ley y todos los partidos deben analizar el impacto que tienen estos nuevos recursos de la tecnología; son los nuevos canales de la comunicación. Otro aspecto es la definición ideológica. Ya son del pasado los candidatos promovidos en carteles publicitarios y cancioncitas vacías. La población cada vez participa más y se decanta por alguna posición filosófica; van quedando atrás los votantes “masa”, que votan por inercia o, peor aún, a cambio de algún espejito.

Los partidos políticos deben empezar ya su campaña del 2023. No se debe confundir “campaña anticipada” con una presencia permanente como partido. La población apenas percibe que existen hasta poco tiempo antes de las elecciones. Sin embargo los partidos políticos son escuelas de civismo desde las que promulgan la “filosofía” que fundamenta su ideología; son centros de convergencia y reunión de ciudadanos que comparten la misma corriente política.

La sorprendente cosecha electoral del partido MLP es una expresión de los nuevos escenarios. Se combinaron varios elementos, una ideología precisa, un liderazgo y la comunicación por medios no tradicionales. No comparto, para nada, los planteamientos que proclamaba su candidata aunque respeto su derecho a hacerlos; me pareció un discurso muy radical y en muchos casos rozando los límites de la legalidad, sin embargo debo reconocer que ha sido un pronunciamiento claro, sin ambages. Los otros candidatos repetían los mismos eslóganes: miles de empleos, combatir la corrupción, mejorar los servicios de salud y educación, etc. Discursos trillados y vacíos. Por ello ningún candidato resaltó por un planteamiento que estuviera en el “top mind” de la población. Apenas dos candidatos hicieron tibia referencia a la flexibilidad laboral como mecanismo de generación de empleos (tema muy interesante pero políticamente incorrecto). Esa proclama categórica del MLP se combinó con una comunicación “hormiga” que se fue propagando en los sectores rurales. Esos nuevos mecanismos de difusión se han catapultado apenas en unos años ¿cuándo empezó WhatsApp? Cabe imaginar el impacto que van a tener en solo 2 y 3 años y, sobre todo, en las próximas elecciones. Por otra parte la candidata Thelma Cabrera encarnó muchas características de liderazgo muy diferente de la concepción generalizada. Es que líder es quien convence a sus seguidores algo que se deben considerar los candidatos del 2023. En fin, repito: hay muchas lecciones para todos.

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