Emilio Matta Saravia
emiliomattasaravia@gmail.com
Fe de errata: a mis apreciados lectores, mis disculpas por un error cometido en mi anterior columna, en la cual puse que Jimmy Morales le había dicho en una entrevista al periodista Fernando del Rincón que la corrupción era algo normal en Guatemala; cuando dicha entrevista fue con Jorge Ramos. Mi agradecimiento a don Alfonso Alberto Sagastume Guerra por indicármelo tan amablemente.
Debido a mis actividades laborales, he tenido el privilegio de conocer todos los países de América Central y varios países de América del Sur, lo que me ha dado la oportunidad de conversar con personas de distintos niveles socioeconómicos en cada uno de los países que he visitado y en todos ellos, la corrupción es señalada como uno de los principales males que padecemos los latinoamericanos. Y aunque en estos momentos distintas encuestas en Guatemala señalan que la población ve a la corrupción como un mal menor y a la mala situación económica del país y a la falta de empleo formal como el mayor de los males que les aquejan, probablemente estas personas no se dan cuenta de que la mala situación económica que atraviesa el país y la falta de empleo formal es derivado, en gran parte, de la corrupción en nuestro país.
También vivimos en un mundo digital donde las personas difícilmente piensan por sí mismas, más bien son esclavas de los teléfonos inteligentes y las redes sociales, donde los tópicos que crean tendencia son los que más se ven y son tomados como la realidad, a pesar de que muchos no lo son. Hace algunos meses (no recuerdo con exactitud la fecha) Pedro Pablo Marroquín en su columna de opinión describió de forma muy certera cómo operaba un netcenter en México que se dedica a crear tendencias en redes sociales, con noticias y contenido falsos, logrando influir, inclusive, en resultados electorales de dicho país. Esto nos da la pauta del escaso poder de discernimiento que impera en la juventud actual y lo influenciable que esta puede ser si se le llega por los canales adecuados. Verbigracia, las redes sociales.
Es por ello que no me cabe duda de que netcenters maliciosos que operan en Guatemala han logrado influir en la mente de multitud de guatemaltecos con el mensaje de que la lucha contra la corrupción es la causante de la mala situación económica del país. He visto graficas burdas donde se señala el “efecto CICIG” en la caída de distintos indicadores económicos a partir del año 2017. Y con una población que discierne (o investiga) muy poco entre lo que pueda ser verdadero o falso y da por ciertas las tendencias en redes sociales, no me extraña que la corrupción ha dejado de ser, para ellos, un mal que debemos erradicar. Y a un mes y días de las elecciones generales, los candidatos ofrecen de todo menos cómo van a detener la corrupción que tantos recursos menoscaba del erario para atender las necesidades más básicas de nuestra población.