Francisco Cáceres Barrios
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Hace poco comenté en estas mismas páginas sobre lo que podría pasar cuando la CICIG no estuviera combatiendo la corrupción y la impunidad en Guatemala y no había pasado ni una semana, cuando ya tenemos frente a nosotros la debacle, pues los que han estado empleando los recursos más bajos para erradicarla y así seguir haciendo de las suyas, ahora se están riendo a carcajadas de la población por creer inocentemente en los falsos señalamientos endilgados al Comisionado Velásquez, señalándolo hasta con la ignominia de que su denodado interés por regresar a Guatemala es para recuperar el contenido dejado en “caletas” con productos obtenidos del narcotráfico, noticia asegurada por el mismo propietario de un canal de televisión por cable.
¿Será la población tan inocente para creer que el juez que tiene asignado el caso en que está involucrado el hermanito y el hijito del presidente Jimmy Morales haya eliminado a la CICIG de dicho proceso en menos de lo que canta un gallo? ¿Podrá parecer una simple coincidencia que el Ministerio Público solo haya podido detener a 11 personas con órdenes de captura del Juzgado 5º de Primera Instancia Penal, como que previamente a que se informara de los allanamientos planificados, una radiodifusora, por cierto la preferida del primer mandatario, ya se encontraba presente en algunas residencias en donde se iban a efectuar tales diligencias?
¿Ante tan tremendas evidencias ocurridas, podrá la población seguir creyendo en que la luna es de queso? ¿Los chapines podremos seguirnos comportando tan inocentemente para hacerle caso a entidades como Avemilgua, Guatemala Inmortal, Fundación contra el Terrorismo y Guatemala Soberana quienes en conferencia de prensa, cayendo en el riesgo de ser procesadas por cometer el delito de sedición o de violación constitucional, hicieron un descarado llamado a la población para no acatar o cumplir los fallos de la Corte de Constitucionalidad?
Lo que ahora estamos viendo es solo el principio de una serie de acontecimientos funestos para nuestro estado de derecho e incipiente democracia si es que la población va a seguir con una indiferencia tal, que está llegando a mancillar su dignidad, al punto de permitir que el Congreso de la República, en donde se supone está representado, pueda seguir tan campante con el proceso de quitarle la inmunidad a tres magistrados de la Corte de Constitucionalidad, aun sabiendo lo espurio de su origen por provenir de un grupito de exconstituyentes que, usurpando funciones que no les corresponden, fueron a vender al estilo de Judas la asociación a la que dicen representar, a cambio de unas monedas para formular una solicitud ante la Corte Suprema de Justicia sobre bases absolutamente improcedentes.
No cabe duda que los chapines seguimos siendo aguantadores, siempre esperando que los problemas se resuelvan solos o en el mejor de los casos, que otros sean los que actúen en tomar el liderazgo. Eso sí, muy buenos para hablar hasta por los codos lamentándonos y quejándonos a más no poder.
