Marco Tulio Trejo Paiz
El discurso del presidente de la República, Jimmy Morales, ha sido analizado y criticado, en las últimas semanas por expertos en la materia, quienes aseguran que el mensaje denota que está molesto con algo y por algo, pero que trata de sacar la ira en lo que habla y sobre todo en los gestos que hace para dirigirse a las personas que acuden a ver los actos públicos en los que participa.
Cómo no va a estar molesto el Presidente, si tiene que lidiar con las resoluciones de la Corte de Constitucionalidad (CC), y de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), que no complacen, al primer dignatario de la Nación, pero ahora también tiene que enojarse con las encuestas en redes sociales, tal es el caso del científico Luis Von Anh, quien asegura que los que participaron en su ejercicio mediático, desaprueban totalmente el mandato de Morales.
Esto es para molestarse, sus asesores le han de decir lo contrario y le han de aconsejar seguir con la pugna contra la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), negándole las visas para provocar que abandonen el país, lo cual ha causado indignación entre miles de guatemaltecos que están urgidos que se promueva el combate a la corrupción.
Y si a todo esto le sumamos los reveses que ha tenido con el caso de no permitir la entrada del comisionado Iván Velásquez, o bien el caso de las facturas en las que se vio involucrado el hijo José Manuel Morales Marroquín y su hermano Samuel Everardo Morales Cabrera, la vida del Presidente de la República se ha tornado complicada.
Ha de ser molesto vivir con estas cosas y para ello la Secretaría de Asuntos Administrativos y Seguridad (SAAS), ha tenido que recurrir a complacer al mandatario con masajes relajantes, lentes de sol, camisetas y pantalonetas para jugar tenis y que logre sacar el estrés que mantiene y más cuando tuvo que devolver esos Q250 mil que salieron de la caja chica de la Presidencia y posteriormente de la bolsa del secretario de seguridad.
Estos caprichos presidenciales han tenido que ser devueltos por los que decidieron hacer las compras que debieron ser pagadas con el salario del mandatario, quien es uno de los mejores pagados de América Latina, lo cual de seguro trajo muchas molestias y enojos, tal es el caso del bono militar donde el Presidente tuvo que devolver otros Q400 mil, lo cual causó críticas presidenciales contra la Contraloría General de Cuentas de la Nación.
Pero si seguimos sumando las críticas que ha afrontado en los medios de comunicación de Guatemala, Morales Cabrera, le ha tocado que aguantarse la bilis y ha recurrido a criticar tanto a los periodistas como las constantes resoluciones electorales y sobre todo a los entes, como el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que mantienen en un vilo su partido político por acusaciones de haber recibido, supuestamente, bajo la mesa aportes ilegales para la campaña electoral.
Y para terminar de quitarle el sueño, Jimmy Morales ha sufrido también señalamientos de los medios de comunicación internacionales, tal es el caso de CNN donde el periodista Fernando del Rincón, quien hizo una cronología de las presuntas mentiras que ha incurrido el Presidente guatemalteco en su programa Conclusiones, donde ha dejado en entredicho la frase electoral: Ni corrupto, ni ladrón. En fin todo esto es para no estar como que muy cómodo en la silla presidencial y sino que me diga lo contrario Juan Pueblo.
Por eso es que escribí estas letras querido San Nicolás, Santa Claus, Papá Noel o como quiera que te llamemos, trae nuevas buenas en esta Navidad, esos cambios que necesitamos para que se forme conciencia entre la clase política, para que sirvan de vehículos, para sacar adelante los destinos sociales, políticos y económicos de una Nación que necesita tanto de gente proba que conduzca de la mejor manera un gobierno que nos permita salir del caos en el que nos encontramos.
Por último, te quiero solicitar que nos traigas un par de esos funcionarios públicos que tú creas que puede colaborar con nosotros para cambiar la cultura de corrupción que se vive y que los que actualmente tenemos dejen de estar pensando únicamente en sus bolsillos y sus cuentas bancarias y que se dediquen a trabajar para mejorar el sistema de salud, el sistema educativo y de infraestructura que nos permita encontrar mejores formas de vida, porque Guatemala merece cosas mejores.
Ahora si me voy despidiendo mi querido San Nicolás, te recuerdo que dejaré la puerta entre abierta, para que entres a mi hogar, donde te esperamos felices, porque estamos seguros, en mi casa, de que no nos fallarás, tal como lo has hecho en años anteriores con lo que te hemos pedido para Navidad.