Por NEKESA MUMBI MOODY
NUEVA YORK
Agencia (AP)
Para Michelle Obama, elegir qué diseñador usar mientras estaba en la Casa Blanca conllevó muchos factores, desde la diversidad hasta si eran buenas personas.
Obama habló sobre las decisiones detrás de los atuendos que hicieron noticia durante su tiempo como Primera Dama en una conversación con otro ícono de la moda, la actriz Sarah Jessica Parker, quien moderó la presentación de su libro “Becoming” el miércoles por la noche en Nueva York.
Durante sus ocho años como Primera Dama, Obama se convirtió en una fuerte influencia en la moda: usaba un vestido y horas después éste solía agotarse en las tiendas.
Obama, ataviada con un vestido cruzado dorado y botas doradas brillantes altas hasta las rodillas, dijo que como mujer sabía que su ropa sería diseccionada y mencionada sin importar el peso del tema del que hablara.
«Sabía que mi ropa estaba haciendo una declaración, sabía que era así», expresó. «Así que decidimos, por qué no usar esta plataforma para enaltecer a algunos nuevos diseñadores jóvenes que normalmente no recibirían este tipo de atención, porque uno puede cambiar sus vidas, y esa es una de las razones por las que seleccioné a Jason Wu para mi vestido inaugural».
Relató que Wu, a diferencia de algunos grandes diseñadores que sintieron que merecían tener ese honor, no se lo esperaba.
«Uno aprende que hay personas en esta escena que se sienten con derecho a estas cosas porque lo han venido haciendo por un tiempo, y yo odiaba esa sensación. Hay muchísima gente allá afuera que está tratando de abrirse paso, hay mujeres jóvenes e inmigrantes y gente negra».
Obama también dijo que para ella era importante la energía personal de un diseñador.
«No quería usar prendas de alguien que no tuviera un buen espíritu, y podía oír estas cosas, podía oír cómo trataban a mi personal o cómo trataban a sus empleados, así que todos los que lucí, hasta donde sé, tenían también un buen espíritu», dijo.
Parker y Obama hablaron por más de una hora ante el público en un abarrotado Barclays Center en Brooklyn, Nueva York. Era la última fecha del primer tramo de su gira «Becoming: An Intimate Conversation with Michelle Obama», con la que recorrió estadios alrededor del país con boletos completamente agotados. Al libro, «Becoming», le ha ido igualmente bien: desde su publicación el mes pasado ha vendido más de tres millones de ejemplares.
Durante la conversación de amplio espectro, Obama solo mencionó brevemente a los Trump por sus nombres pero aludió en chiste a las investigaciones relacionadas con el actual gobierno. Dijo que como el primer presidente negro de Estados Unidos, Barack Obama y su equipo sintieron que no podían cometer errores.
“A menudo, cuando uno es el primero o el único, el umbral se corre mucho, ¿no es cierto? Alcanzas el umbral, lo superas, lo alzan y es lo que vemos ahora: sube y baja constantemente”, dijo entre las risas del público.
“Es un umbral totalmente nuevo, nunca he visto cosa igual”, agregó. Pero cuando estábamos en el poder, el nuestro era muy distinto: que no nos acusaran y decir la verdad”.
«Esto va a ser reportado como, ‘Michelle Obama echando sombra’», dijo más tarde arrancando más risas de los presentes. «¡Estos solo son hechos!»