Por Andrea Abrell
Agencia (dpa)
El animal print parece vivir momentos cíclicos en las pasarelas. Lo cierto es que, en las calles, puede estar muy logrado y ser tremendamente sexy o muy mal logrado y parecer horriblemente barato. Todo depende de cómo uno lo lleve. Habrá quienes siempre lo critiquen, pero el look leopardo vuelve a verse en las calles.
«El revival puede verse en el contexto de una nueva conciencia medioambiental. Vestir animal print sintético significa demostrar que uno está en contra de la caza de esos animales», opina el asesor de modas Andreas Rose, de Frankfurt.
El gusto por el estampado de los puntos negros es de larga data. «Ya en el siglo XVIII comenzaron a verse las primeras telas de seda con estampados vinculados con animales salvajes», apunta Rose. En la década de 1950 se dio por primera vez un giro puntual en la moda hacia el vestido de look leopardo, que fue presentado por diseñadores de renombre. «En los 50 Christian Dior presentó estos estampados en vestidos, chaquetas e incluso en accesorios», recuerda el asesor.
Décadas después, en los 80, el leopardo pasó a ser una especie de insignia del mundo «rock chic» y también pasó a ser vestido por íconos masculinos del mundo de la música como Steven Tyler de Aerosmith. Pero el que lo convirtió en un look de cierto nivel y apto para los salones de mayor elegancia fue el diseñador italiano Roberto Cavalli, que en cierta oportunidad lo explicó diciendo: «El leopardo es un diseño animal, y mis ideas de diseño surgen de la naturaleza».
No sorprende que Cavalli sea conocido como «el rey del leopardo». Esta temporada, no será el único que suelte al gato salvaje sobre las pasarelas. También se verá en las colecciones de Gareth Pugh, Raf Simons y Dolce & Gabbana.
«Las personas que se atreven a vestir prendas muy distintas y a vestirse de un modo diferente que los demás, combinan el animal print con otros estampados, como por ejemplo con flores», apunta el estilista Ritchie Karkowski. «Pero para eso hay que tener una gran sensibilidad para las combinaciones y ganas de llamar la atención», observa.
Hay formas más discretas de vestir el leopardo. Es más, «puede quedar sumamente elegante si se lo combina con negro o camello», recomienda Karkowski. «Si uno prefiere vestir más colores, puede combinarlo con rosa, azul marino o bordeaux, dependiendo del efecto que uno quiera lograr con el look. El leopardo, combinado con colores neutrales, irradia elegancia, y con colores más fuertes, atrevido o incluso contestatario».
Quienes quieran todavía más también encontrarán el leopardo estampado en colores como el rojo o en otros formatos, como en el calzado. «Será casi obligatorio tener unas botitas en leopardo», comenta Claudia Schulz, que les recomienda a los más audaces botas bucaneras de esta línea.
«Los que aún no se han animado a vestir este look pueden encontrar en el calzado un camino hacia el leopardo», asegura la asesora de modas, «sobre todo cuando el estampado no cubre toda la superficie del calzado, sino por ejemplo sólo el taco», recomienda.
Otro modo de incorporarlo es a través de los accesorios, que permiten vestirlo de un modo discreto en forma de un cinturón que según Schulz «realzará todo el conjunto desde lo visual» o con a través de una bolsa a la cintura, que hoy están muy in, o carteras que se llevan con una cadena al hombro. El dorado se lleva muy bien con el leopardo, tanto en correas como en cierres. A probar, a verse distinta, y a disfrutarse.