Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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Esta semana asistí a una reunión a la que fui amablemente invitado por el Embajador de la Unión Europea en Guatemala (UE), Stefano Gatto, junto con otros colegas columnistas de distintos medios escritos, donde tuvimos un espacio para intercambiar ideas sobre las relaciones entre ambos (Guatemala y la UE), las distintas donaciones que realizan en Guatemala (propósitos, destinos y fiscalización de las mismas), y términos generales sobre la problemática nacional y cómo darle solución.

En su exposición, el Embajador Gatto nos informó sobre la postura de la UE como entidad cooperante con el Gobierno, en el sentido que no son un actor político en nuestro país ni pretenden imponer agendas. De igual forma nos indicó de forma categórica que no financian grupos al margen de la ley y que destinan alrededor del 90% del monto de sus donaciones para el Gobierno. Asimismo, nos proporcionaron un documento en el cual nos indican que de los 166 millones de Euros que donan, cerca de la mitad lo destinan a seguridad alimentaria y nutrición, un 30% en competitividad y casi un 20% a resolución de conflictos y paz. Expuso también que la cooperación es un elemento adicional en el desarrollo de un país, pero que ningún país se ha desarrollado ni se va a desarrollar con base en la cooperación internacional que recibe, punto sumamente importante.

Adicionalmente, cada uno de los asistentes aportó su propia visión de los temas y creo que fue un ejercicio muy interesante, sobre todo dada la diversidad de la formación profesional y forma de pensar de los presentes. Varios de nosotros coincidimos en que un problema importante en nuestro país es la falta de inversión, lo que trae como consecuencia un menor ingreso para nuestros habitantes. Sin embargo, al profundizar más en el tema, Pedro Marroquín (director de este medio) y yo coincidimos en que será muy difícil para inversionistas serios venir a invertir al país cuando la mitad de nuestra población tiene daños cognitivos irreversibles por haber padecido desnutrición crónica infantil y la mayoría de nuestros habitantes no tiene acceso a servicios básicos de salud y educación. Todo lo anterior se traduce en que ellos, los inversionistas, contarán con una oferta muy limitada de mano de obra calificada para poder operar sus empresas, lo que las hará menos productivas. Pedro puso el ejemplo muy claro y contundente de por qué Intel prefirió instalar su planta en Costa Rica y no en Guatemala.

Y todo lo anterior, la falta de condiciones adecuadas para que nuestra población pueda tener un desarrollo humano y profesional integral que nos permita presentarnos ante inversionistas con una oferta atractiva de mano de obra calificada, pasa por tener un sistema corrupto y cooptado por mafias de todo tipo. Y hasta que no tengamos un debate serio para atacar frontalmente los problemas de corrupción, administración de justicia y sistema electoral (financiamiento electoral ilícito y forma de elegir a nuestros funcionarios públicos), continuaremos estancados en esta vacía “lucha ideológica”, que es exactamente donde quienes han vivido de privilegios nos quieren mantener.

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