Berlín/Madrid/dpa

El Gobierno alemán expresó hoy su «gran preocupación» por la escalada de tensión entre Rusia y Ucrania a cuenta del conflicto abierto en el mar de Azov y llamó a las dos partes a actuar con contención.

«El Gobierno alemán llama a la cautela y a rebajar la tensión y está en contacto con ambas partes», señaló hoy el portavoz del Ejecutivo germano, Steffen Seibert, durante una comparecencia rutinaria ante la prensa en Berlín.

Las palabras del vocero estaban en línea con las expresadas anteriormente por el ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas, quien durante una visita oficial a España admitió que la situación actual en el mar de Azov era «muy inquietante».

«No es aceptable que allí haya un bloqueo por parte de Rusia», dijo el político socialdemócrata en Madrid.

La tensión entre Moscú y Kiev aumentó de manera considerable después de que la guardia costera de Rusia impidiese el domingo el paso de barcos militares ucranianos por el estrecho de Kerech invocando motivos de seguridad.

Un buque de la Marina rusa embistió un barco ucraniano. Más tarde, Las Fuerzas Armadas rusas interceptaron tres buques ucranianos. El enfrentamiento dejó tres ucranianos heridos según fuentes rusas y seis según reportes ucranianos.

Según el servicio secreto interior de Rusia, el FSB, los barcos ucranianos fueron interceptados por haber violado la frontera y fueron llevados, junto con los marineros detenidos, al puerto de Kerch.

«Constituye una buena señal que Rusia haya declarado que va a poner fin a la intercepción (de barcos)», indicó el ministro de Exteriores germano en relación con el anuncio de Moscú de que permitirá nuevamente el tráfico de navíos.

«Tenemos que acabar con esta guerra que está teniendo lugar en nuestro vecindario. El alto el fuego acordado en varias ocasiones debe entrar en vigor finalmente. Los acontecimientos que estamos viendo ponen de manifiesto que este conflicto debe solucionarse de una vez por todas», agregó Maas.

Ucrania y Rusia mantienen un conflicto abierto desde 2014, año en el que las tropas del Gobierno de Kiev comenzaron a combatir contra fuerzas separatistas prorrusas, que reciben apoyo militar encubierto desde Moscú, después de que la potencia rusa se anexionara la península de Crimea.

De acuerdo con datos de las Naciones Unidas, hasta ahora han muerto cerca de 10 mil personas. El Protocolo de Minsk, firmado en 2015 para poner paz en el este de Ucrania, aún no ha sido implementado.

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