Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
El humano tiene necesidad de reformar algo que le hace mal, que no le funciona para lo que necesita y partiendo de esa premisa, es fácil entender porqué hay muchos en Guatemala que están empecinados en no reformar la justicia, pero totalmente comprometidos por fortalecer los vasos comunicantes que ésta tiene con los valladares y operadores de impunidad.
El Observatorio Judicial dio a conocer el martes que según sus estadísticas, los procesos penales que más duran son aquellos en los que se imputan delitos de asociaciones delictivas (1 mil 336 días), lavado de dinero u otros activos (1 mil 234 días), asociación ilícita (1 mil 040 días), obstrucción extorsiva del Tránsito (1 mil 01 días) y encubrimiento propio (959 días).
Además, hoy publicamos un reportaje que establece que en lo que va del año han muerto 56 personas en prisión preventiva (en casos que van mucho más allá de las investigaciones del MP-CICIG, lo que hace el problema añejo y estructural). Mientras que en 2002 únicamente fallecieron tres personas en prisión preventiva, el año pasado cerró con 58 personas fallecidas en esta condición, lo que se liga de manera directa al hacinamiento a y los tiempos de los procesos.
Así hay más datos para poder seguir ahondando en la necesidad de reformar el sector Justicia y fortalecer las instituciones, pero las mafias se han dado a la tarea de mantener el sistema en trapos de cucaracha e ir haciendo los pactos que se necesitan para mantener el control a base de influencias, presiones, corrupción e impunidad.
Ayer se conoció la noticia de que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) protegió a Felipe Alejos y al mismo tiempo se supo que “milagrosamente” el Congreso decidió subirle su presupuesto al Organismo Judicial (OJ), mientras se empecina con la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) y la Corte de Constitucionalidad (CC).
¿Será casualidad que un conocedor del sistema paralelo de las cortes ande comentando que será candidato presidencial al mismo tiempo que magistrados empiezan a favorecer a Felipe Alejos? El domingo sabremos la verdad cuando TODOS anuncie sus candidaturas en la Asamblea Extraordinaria del partido y ahí veremos si Fredy Cabrera termina siendo el ungido. La Hora lo entrevistó hace unos días y dijo “no sé”.
En lugar de retomar las reformas al sector Justicia porque “les preocupa” el estado de quienes están en prisión preventiva y en lugar de hablar con candidez de los problemas estructurales (falta de jueces entre muchos otros), se disparan la ley de excarcelamiento y se aprestan a meterle más goles a la Ley de Aceptación de Cargos para consumar los esfuerzo pro impunidad y asegurar que el Sistema Judicial opere a su antojo y los buenos jueces y magistrados tengan que operar de manera condicionada.
El martes decía que la ciudadanía había elegido el peor momento para volver a la indiferencia inducida por varias maneras y con estas noticias que nos da un empoderado Pacto de Corruptos, la moral del guatemalteco se encuentra golpeada pero es aquí donde es necesario recordar que cambiar un país no es fácil, más cuando mucha gente se acostumbró a ver la ilegalidad como normal.
Hemos sufrido derrotas, golpes y salidas en falso, pero esto es como caminar un poco en una maratón. No es lo ideal, pero tampoco es el fin del mundo ni de la carrera y lo necesario es reagruparnos. Hay más gente que desea cambios que el puñado que se batalla por volver al pasado de impunidad y no tengo la menor duda que más temprano que tarde seremos capaces de unirnos alrededor de mínimos que hagan cambiar esto.
Pero nunca lo lograremos si no entendemos lo que está en juego y cómo se mueve la melcocha. La justicia no cambia, porque hay muchos que están felices teniéndola en trapos de cucaracha y haciendo pasar penas a sus buenos elementos.