Grecia Aguilera
Con motivo del 197 aniversario de la Independencia de Guatemala recuerdo mi prosa lírica “Albura de Cielo y Nube”, inspirada en la Bandera Nacional: “Espléndido es sentir el abrazo del viento a la bandera. Espléndido es ver cómo su color de cielo y nube se fusiona en las alturas y toda ella es cielo, nube, atmósfera y firmamento. Cómo ahora es indivisible e infinita. Con ímpetu bate el viento la bandera. La mece y acaricia con sus brazos transparentes. Con fuerza el viento ondea el estandarte, blasón de libertad de Guatemala nuestra Patria, enarbolada por alas de ángeles y arcángeles, aún más allá de los confines del Universo.” Así también en mi libro “Exégesis del Alma”, en la sección “Iximulew vida mía/ Alado costado de mis sueños” figuran mis poemas dedicados a Guatemala. El poema “Mirador Cósmico” inspirado en la Reserva de la Biosfera Maya, expresa: “Eminencia felina/ mirador del universo/ colina lunar/ pináculo silvestre/ altozano sideral./ Cuenca infinita/ húmeda y virgen/ exuberante arqueológica/ densa selva tropical./ Pirámide El Tigre/ sagrado monumento/ preclásico tardío/ biosfera Maya consagrada./ Morada de seres impetuosos/ súbitos y cardinales/ misteriosos científicos/ numéricos y exactos./ Mirador cósmico/ sabias atalayas del pasado/ ejes surtidores futuristas/ matriz suprema/ de ciclos permanentes./ Piedra peldaño convergente/ fusionado dardo vertical/ templo galáctico del tiempo/ altar de sol y luna/ santuario de las estrellas.” El poema para Antigua Guatemala dice: “Presagio azúreo/ tiempo inmóvil/ en el tránsito futuro/ de un pretérito camino./ Buganvillas encendidas/ de pasión amanecida/ crepúsculo matutino/ en el desbordar de los días./ Ciudad contenida/ monasterios eternos/ conventos sacrosantos/ cartujos dibujados/ sombreados atardeceres/ en brumosa melancolía./ Paisaje detenido/ en los siglos/ acuarela de mi mente/ de mi vida/ de mi cuerpo/ pasado de mis sueños/ presente de mis días/ en el porvenir adivinado/ del segundo.” También destaca mi poema para las bellas orquídeas: “Orquídea emancipada/ halo de Psique en el borde lunar./ Alma nube/ tez del viento/ pétalo túnica del tiempo./ Orquídea fronda/ ceniza de mis huesos/ armónica floresta/ selva férvida en mis manos/ irradiada hacia mi vientre/ en pulsaciones esmeralda./ Orquídea tul/ liturgia de las horas/ sabia Artemisa de los soles/ cazadora de luz tornasolada./ Vibrátil vertiginosa/ incorrupta cripta natural./ Arrebatada emperatriz/ de las galaxias/ zumo de indulgencia y pulcritud/ contemplación de reflexiones/ en la embriaguez crepuscular/ de la imagen más perfecta./ Majestuosa peregrina/ espléndida mutante/ pergaminos de leyenda/ en la magia universal.” Para el exuberante territorio petenero escribí: “Petén en verde selva/ selva fuerte selva savia/ selva esencia del planeta./ Comarca amanecida/ helecho y liana/ venerado suelo de Jaguar/ ritual de espíritu y alma/ enjambre de la existencia./ Petén en verde selva/ muralla de flora y fauna/ alfombra vegetal/ manto sagrado de la Tierra/ titánica llanura/ elegido mundo ancestral./ Petén en verde selva/ selva fuerte selva savia/ selva esencia del planeta/ investidura de la humanidad.” Y mi poema dedicado a la Sierra de las Minas dice así: “Ancestral territorio/ hereditarios montes/ eternos de eternidad/ magnánima selva/ de renovadas cumbres/ añejas pretéritas/ presentes/ cerros colinas/ de nuestro tiempo./ Altar de sílice/ indómito/ dominante pedernal/ montaña/ Madre soberana/ de la Tierra/ vértice de los valles./ Paraje vertiente/ translúcido latir/ nemoroso corazón/ cálido sentir/ del altozano./ Humedad de las entrañas/ denso mundo/ bucólico selvático/ escabroso/ lujuria/ del verde terrenal./ Sagrada/ Sierra de las Minas/ oxigeno vida natural/ oración constante/ alucinante/ ventanal del paraíso/ morada santuario/ de Dios.”