Miguel Flores
Doctor en Arte y Letras
Daniel Hernández-Salazar inaugura hoy viernes 7 de septiembre en el Museo de Antropología de El Salvador su muestra San Salvador se re(v)bela, que se integra a pasadas exposiciones como Guatemala se re(v)bela, Quetzaltenango se re(v)bela.
Desde el título y su juego lexicográfico, revelarse y rebelarse, Hernández-Salazar remarca el significado político del cuerpo, vestido y desnudo.
El trabajo de Hernández-Salazar ha sufrido el ostracismo de la mayoría de las instituciones culturales locales, salvo de entidades como la Alianza Francesa, o la Galería Sol del Río, difusora profesional del lenguaje fotográfico. Las causas: su enfoque temático, ya sea el desnudo o la memoria sobre la guerra sucia en Guatemala. Esto es lógico, el mundo del arte local es tan conservador como la manifestación pro vida del domingo último (parece mentira, pero muchas caras conocidas del mundo del arte se vieron por ahí).
Las piezas que conforman esta nueva serie pueden ser consideradas como una ofrenda que el sujeto hace frente a la lente y luego al observador. Una ofrenda que no todos entienden y que también pocos reciben con beneplácito. El autor, fuera de las ideas genéticas de las series, son un ejemplo de metalenguaje de una manifestación simbólica (estar vestido o sin ropa) a la imagen, a la impresión fotográfica.
El género, expresa Teresa De Lauretis: “no es una propiedad de los cuerpos o algo originalmente existente en los seres humanos, sino el conjunto de efectos producidos en los cuerpos, los comportamientos y las relaciones sociales, en palabras de Foucault, por el despliegue de una tecnología política compleja”.
En los varones el temor al desnudo masculino obedece a la construcción de su masculinidad, basada en cuatro pilares que Fernando Barragán enumera: a) Oposición a la feminidad; b) Ocultación y dificultades para expresar sentimientos; c) La relación de violencia como sinónimo de masculinidad; d) Homofobia. Quienes traten asuntos sobre violencia contra la mujer, podrán visualizar claramente estos pilares… cuando uno de ellos se desintegra, la plataforma de masculinidad que sostiene cae en pedazos. El varón es reacio a ver figuras masculinas desnudas, especialmente en público. El mayor temor es que una de estas imágenes le cause placer, es cuando cae el pilar de la homofobia, porque en ese preciso momento experimentó algo que la sociedad le ha prohibido. Es por eso que es mejor no verlo y prohibírselo a los otros y crear el mito que solo el cuerpo femenino es bello.
El mundo de hoy, gracias a la teoría de género (que muchos critican), ha permitido avances de todo tipo. Como indica Luis Rojas Marcos: “La conquista social más notable del siglo XX fue el descubrimiento que el hombre no es la única medida de todo lo humano, sino que hay dos medidas: el hombre y la mujer”.
En la serie San Salvador se re(v)bela, como las demás en esta línea, su autor aborda el cuerpo no como un objeto sinónimo de belleza y placer, sino como el escenario de luchas políticas como se puede ver hoy en Guatemala, por esto y factores estéticos la obra de Hernández-Salazar hace visible que el cuerpo vestido o desnudo es una construcción que cada uno ha hecho de ese receptáculo del espíritu.
Figuras:
1. © Asuical Fernández (2018), díptico, de la serie San Salvador se re(v)bela. Daniel Hernández Salazar.
2. © Jeniffer Torres (2018), díptico, de la serie San Salvador se re(v)bela. Daniel Hernández-Salazar.