NUEVA YORK
Por Eric Núñez
Agencia AP
Juan Martín del Potro emergió victorioso de un combate brutal contra la potencia de John Isner y el calor sofocante para clasificarse por segundo año seguido a las semifinales del Abierto de Estados Unidos.
En otro día en que las elevadas temperaturas atenazaron en el último Grand Slam de la temporada, el campeón de 2009 se impuso ayer por 6-7 (5), 6-3, 7-6 (4), 6-2. Del Potro se medirá ahora al número uno del mundo, Rafael Nadal, quien se recuperó de un estrepitoso inicio y se deshizo de Dominic Thiem tras casi cinco horas de partido por 0-6, 6-4, 7-5, 6-7 (4), 7-6 (5).
Pese a que cedió su primer set en lo que va del torneo, el argentino de 29 años fue aplicado y sólido durante todo el partido, al levantar todas las tres oportunidades de quiebre que dispuso su rival y sacar una abrumadora ventaja en el cómputo de errores no forzados, apenas 14 contra los 52 de Isner. Eso fue clave para neutralizar el bombardeo de 26 aces del estadounidense frente a los 14 de la “Torre de Tandil”.
“Vencer a John en esta clase de partidos es épico”, dijo Del Potro.
Antes, soltó un gemido al iniciar la entrevista a pie de cancha, donde se le consultó sobre cómo hizo al tocarle jugar 3 horas y media en una tarde en la que el termómetro registró temperaturas sobre los 32 grados centígrados (90 F), más una humedad cercana al 50%.
“Ambos estábamos extenuados, peleamos todo el partido y creo que sobreviví con mi saque en un par de momentos clave en el partido”.
La noche previa, Roger Federer la pasó mal con el calor y la humedad al sucumbir ante John Millman, el 55to del ranking. Fue evidente que Isner sufrió más que del Potro.
“Sea cual fuera la humedad en las canchas afueras o en la ciudad, creo que fue peor en la central”, dijo Isner. “Nunca había visto sudar a Roger. Si sudaba mucho y tuvo que cambiar de ropa, pues ahí te fija que estaba bien húmedo”.
Isner contó que se cambió de camiseta 11 veces en el torneo, amén de tener una puñado de gorras blancas: “creo que he perdido entre 8 y 10 libras (más de 4 kilogramos).
A raíz del calor extremo, se aplicó la norma de una pausa de 10 minutos para que los jugadores tuvieran un respiro. Las condiciones fueron tan insoportables en el complejo que se tomó la decisión de suspender los partidos de juveniles durante varias horas en la tarde.
¿Qué hizo el argentino?
“Me duché, me cambiaron las cintas adhesivas de los tobillos, me tiré sobre una mesa y no tenía ganas de volver (a la cancha) por el calor”, relató Del Potro. “Es imposible jugar tenis”.
La buena noticia es que tendrá dos días para recuperar fuerzas antes de su cita de semifinales el viernes.
Del Potro se medirá al número uno del mundo en la penúltima instancia. Nadal doblegó a del Potro el año pasado en las semifinales en Flushing Meadows, y otra vez este año en las semis de Roland Garros y luego en cuartos en Wimbledon.
El español inició su partido de cuartos de final de la peor forma posible: perdió el primer set por 6-0. Era la cuarta vez que le ocurría en sus 282 partidos en torneos de Grand Slam y, al contrario que en las tres ocasiones anteriores, se alzó con la victoria.
Eso sí, tardó 4 horas y 49 minutos _ el juego terminó pasadas las 02:00 de la madrugada del miércoles _ y su rival, el austriaco Dominic Thiem, número nueve del mundo, no se lo puso fácil.
Nadal estuvo a dos puntos de perder un 5-5 en el desempate del quinto set y terminó con menos puntos que Thiem, 171-166.
Tras la última jugada del partido, una bola alta del austriaco que se fue larga, Nadal saltó por encima de la red para abrazar a su rival y darle ánimos.
«Lo siendo mucho por Dominic», dijo Nadal a los espectadores que seguían en las gradas del estadio Arthur Ashe. «Es un amigo en el circuito. Es un gran tipo, un gran jugador”.
La profundidad y fuerza de los golpes de Thiem desde el fondo de la pista lograron el efecto que suele tener Nadal sobre sus rivales: hacerles perder la noción del espacio y el tiempo. Además, el austriaco, que el lunes cumplió 25 años, estaba sacando bien y restando sin problemas.
«Para mí, fue un comienzo muy difícil”, apuntó Nadal. «Entonces intenté mantenerme en el partido de algún modo”.
A Nadal, que aspira a ganar su cuarto Abierto de Estados Unidos y su 18vo major, le llevó un tiempo descubrir qué estaba haciendo mal y ponerse a la par de Thiem en entretenidos y exigentes peloteos que encandilaron al público.