Juan José Hurtado
En primer lugar dejo en claro que concibo una “acción reactiva” como la respuesta casi inmediata a un fenómeno, a una situación particular, con una forma de pensamiento o acción. En segundo lugar quiero explicar qué entiendo como “preventivo”, algo que trata de evitar un daño o peligro. Ese algo, puede ser una manera de pensar o de actuar concreta, que se espera proteja, evitando una consecuencia usualmente negativa o dañina.
Explico lo anterior porque siempre he pensado y dicho que en Guatemala actuamos más en forma reactiva, reaccionamos hasta el momento en que algo malo o no deseado ha sucedido. Nunca prestamos atención a la posibilidad de planificar en forma preventiva.
Voy a dar a continuación ejemplos muy sencillos que usted puede verificar con toda facilidad, si lo desea.
Párese en una esquina que tenga un semáforo. El automóvil que se supone va a cruzar a la izquierda por el carril que ocupa, intenta bruscamente virar a la derecha. No ha anticipado su ruta, la ubicación que idealmente debería de haber ocupado, el carril derecho. En ese momento ante la dificultad aparece por la ventanilla del auto una mano que se agita de arriba abajo, como el ala de un pájaro volando. Está señalando y pidiendo paso hacia el carril adecuado, en el que debería haberse colocado anticipadamente, en el carril derecho. ¿Cómo está funcionando la mente de ese piloto? Seguramente en una forma reactiva. No ha tenido el cuidado de anticipar su ruta y su reacción es improvisada, tardía, peligrosa para él y otros.
Se puede observar fácilmente en cualquier calle a un peatón, a veces con uno o más niños, que en un lugar no previsto intenta cruzar la calle, espera hacerlo rápidamente en el espacio que dejan dos vehículos. Ignora que hay áreas seguras para cruzar la calle, ¿las hay? No siempre. Nuevamente falta de previsión individual y de las autoridades de tránsito. ¿No sería deseable educación de tránsito para peatones y conductores, señalar claramente pasos autorizados para peatones e instruir a los pilotos sobre la importancia y seguridad que los mismos brindan? y obligarlos a respetarlos. Tan solo doy unas pocas ideas de prevención.
¿Cuántos ejemplos más podría usted aportar?
Podemos citar muchos ejemplos de normas básicas que deben de seguirse preventivamente. En el caso de conductores, comprobar el funcionamiento adecuado del vehículo, no llevar niños sin la protección adecuada, hacer cumplir la prohibición del uso de celulares mientras se conduce un vehículo, etc. No hablemos de las motos y las familias transportando dos o tres niños, incluidos bebés.
La falta de una “cultura preventiva” puede ejemplificarse en forma más dramática: lo que pasó con la lotificación El Cambray. Cuando comenzaron a hablar del peligro de un deslizamiento de tierra, continuaron autorizando construcciones. Cuando ocurrió este, vino la preocupación y la ayuda ante la catástrofe. Una conducta completamente reactiva, cuán diferente hubiera sido si en su debido momento se hubiera tenido una visión preventiva.
¿Cuántos años han transcurrido desde que se supo que el puente Belice es un peligro público y que en cualquier momento puede colapsar? ¿Se ha tomado en cuenta que abajo del puente, en el barranco existe un asentamiento lleno de familias? Han transcurrido varios años para que se tomen algunas medidas preventivas, en relación al puente. ¿Se ha considerado el peligro que corren las personas que viven en el barranco?.
¿Hay planes precisos para afrontar el problema de las maras, del transporte público, del congestionamiento vehicular, el hacinamiento en cárceles? Los ejemplos ocuparían páginas.
En general nuestro país tiene una “cultura reactiva” no hay planes de prevención y si los hay se cumplen a medias o del todo no son cumplidos.
El ejemplo más dramático, doloroso mencionarlo, es la tragedia de la erupción reciente.
Por su importancia quiero enfatizar lo que se dijo anteriormente al definir la prevención: evitar todo aquello que pueda tener un resultado peligroso o dañino.
Cambio de actitud, esto implica conocimiento, planificación y decisión de cumplir. Nos involucra a todos, pero más a funcionarios del Estado.