Por MSTYSLAV CHERNOV,
ROZSYPNE,
Agencia AP
La delegación se había visto impedida de llegar a la zona debido a los enfrentamientos a lo largo de las rutas hacia el sitio de la tragedia, entre tropas gubernamentales y los rebeldes separatistas pro rusos.
En la zona de campos abiertos aún quedan algunos cadáveres de la tragedia; las temperaturas del verano en la zona se han mantenido en torno a los 32 grados centígrados (90 grados Fahrenheit) en las últimas semanas. No estaba claro cuántos eran los restos ni cuál era su estado después de tantos días de exposición a los elementos.
Los investigadores recibieron permiso el jueves por la tarde para cruzar un retén hacia la zona del accidente en el pueblo de Rozsypne. Un miliciano en el retén hizo un disparo de advertencia con su fusil para evitar que los periodistas acompañaran al convoy de investigadores.
El miliciano, que se identificó sólo como Sergei, dijo que todavía había combates en Rozsypne, donde el ejército ucraniano continúa una ofensiva para recuperar territorio en manos de los rebeldes.
Se espera que los investigadores policiales y expertos forenses, integrado por miembros de Holanda y Australia, se centren inicialmente en la recuperación de los restos humanos que quedan en el sitio y en recoger las pertenencias de las víctimas.
Se calcula que un máximo de 80 cuerpos permanecen en el lugar, dijo la ministra de Relaciones Exteriores australiana, Julie Bishop, en declaraciones desde Ucrania a la Australian Broadcasting Corporation.
El portavoz de seguridad nacional de Ucrania, Andriy Lysenko, dijo que hoy se declaró un «día de silencio» en respuesta a una petición de alto el fuego de parte del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pero reporteros de The Associated Press cerca del lugar del derribo confirmaron que continuaban los enfrentamientos en las inmediaciones del sitio donde cayó el Boeing 777.
Los periodistas que intentaron llegar al lugar del accidente por otro camino fueron advertidos por los residentes de que algunos caminos cercanos fueron minados y que vieron proyectiles de mortero caer cerca de Hrabove, otro pueblo en torno al cual hay fragmentos del avión sin recuperar.