Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Hay gente que necesita, a como dé lugar, matar la credibilidad de los críticos y lo utilizan como un mecanismo de defensa para arropar a un sistema que ha colapsado, que ha sido desnaturalizado y cooptado por poderosos intereses que se resisten al cambio.

Digo que se ha desnaturalizado el poder porque dejó de funcionar para sus fines primordiales y se termina utilizando para satisfacer intereses o venganzas personales, y ello ha derivado que el servicio civil en nuestro país sea más un botín de empleos para pagar favores de campaña o la manera de retribuir a amigos y familiares.

Hay gente que dice que los que nos oponemos a la continuidad del modelo en las actuales condiciones somos “izquierdistas”, y deben recurrir a vacíos argumentos porque no hay mucho con qué defender la podredumbre y muchas acciones confirman lo mencionado.

Por ejemplo, cuando vemos que un Presidente del Congreso utiliza todo un organismo para presentar una denuncia penal en contra de una persona, y la decisión la toma al mejor estilo de cómo funcionaba su MUNI, vemos que el poder está queriendo ser utilizado para zanjar venganzas personales. Arzú Jr. pudo haber presentado una denuncia como ciudadano y a título personal para salvaguardar cualquier futura responsabilidad por haber ejercido el cargo de Presidente del Legislativo, pero no le dio el alcance o simplemente quiso usar a todo el organismo para satisfacer su interés.

Ayer destaqué el pedido del TPS por Jimmy Morales al Gobierno de los Estados Unidos, porque aunque las probabilidades son mínimas, nuestro mandatario debía gastarse sus puntos que hizo con Trump al mover la embajada a Jerusalén. Es cierto que la tendencia es quitar los TPS, pero también es cierto que el único mandatario que le besó la retaguardia a Trump fue el nuestro y ahora que cobre y caro ese favor. No por gusto es el único de la región que se ha visto con él.

Yo decía que era necesario que hagan bien la tarea y la cabildeen bien, porque al pedir el TPS el gobierno de Guatemala se debe comprometer a luchar contra las causas estructurales que generan migración, y en eso la CICIG juega un papel fundamental, porque la corrupción y la impunidad juegan un papel especial en la expulsión de la gente y el robo de oportunidades.

Fue un buen primer paso, pero no pueden haberlo hecho solo para taparle el ojo al macho. Está por verse si Morales se gasta sus puntos y eso favorece a una gente tan importante para el país y las economías de ambas naciones, porque sin duda alguna se gastaría cartuchos que quiso acumular en su fijación por sacar a Velásquez y a la CICIG de Guatemala.

Lo que está pasando con nuestra Policía Nacional Civil (PNC) es otro claro ejemplo de cómo el poder termina desvirtuado. Están, como aquellas patrullas LADA, destartalando a la PNC y minando la moral de miles de buenos agentes. Dan de baja a varios y el Ministro le abre las puertas a quienes salen del Ejército, lo que afianza la percepción de que hay un deseo de favorecer a los militares en perjuicio de la fuerza de seguridad civil.

En el poder Judicial vemos que hay jueces y magistrados empecinados en atacar a una jueza independiente (caso reciente), pero que cuando han sido denunciados con plenas pruebas los jueces del y para el sistema, rápido cierran filas las mafias que los necesitan para seguir lucrando con un colapsado sistema de justicia que hace que la misma sea tardía y con grandes sensaciones de impunidad.

El País debe cambiar, sin duda, y en eso debemos ser humildes para reconocer que todos tenemos cuota de responsabilidad y que el cambio empieza por nosotros, pero sin olvidar que una de esas modificaciones es que el poder ya no se use al gusto de las autoridades de turno y sus socios particulares.

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