Nizhni Nóvgorod, Rusia
DPA
Si la vida fuese un partido de fútbol, el lugar en la historia conseguido ayer por Felipe Baloy sería un gol en el descuento. Tras 17 años y más de 100 actuaciones con Panamá, el defensor anotó el primer tanto mundialista de su país apenas un partido antes de dejar la selección y tal vez el fútbol.
«Claro que te pone feliz…», explicó el internacional de 37 años, olvidando por un momento la derrota por 6-1 ante Inglaterra en Nizhni Nóvgorod que dejó a Panamá ya fuera de octavos de final de Rusia 2018. «Terminar un ciclo de muchos años en la selección anotando el gol histórico en el primer Mundial es algo especial».
En muchos sentidos, para Baloy fue un logro «in extremis». El defensor ingresó en el minuto 78, con el marcador ya 6-0 a favor de Inglaterra, y nueve minutos más tarde se lanzó al suelo para llegar a desviar a la red un centro de tiro libre. El estadio entero celebró, consciente del momento histórico para Panamá.
El equipo del colombiano Hernán «Bolillo» Gómez se ganó la simpatía de Rusia 2018 como una de las dos selecciones debutantes, junto con Islandia. Todo Panamá festejó el debut, pese a la derrota por 3-0 con Bélgica. Y la dolorosa goleada ante Inglaterra dejó al menos la alegría del primer tanto mundialista.
El hecho de que llegar de los pies de Baloy no pasó desapercibido a sus compañeros. El ex jugador del Gremio de Porto Alegre tiene a sus espaldas una larga carrera que lo llevó también a Colombia y México y que le permitió superar los 100 partidos como internacional, además de llevar a veces el brazalete de capitán.
«Se lo merece», sostuvo el delantero Blas Pérez, otro referente del equipo que calificó de «hermano» a Baloy. «Es una gran persona, aparte de un buen futbolista. Tiene un gran corazón y me dio mucha alegría que él marcara el primer gol de Panamá en un mundial. Que lo disfrute, porque vivir este momento no es para cualquiera».